San Pedro Sula, Honduras.
Ángel Gutiérrez (33), padre de dos hijos y experto en mercadeo, explicó que ante la necesidad de darle una mejor oportunidad de vida a su familia, decidió emprender un pequeño negocio llamado “La Burrita Loca”.
Contó que hace un mes colocó una vitrina, una mesa y una estufa en la 24 calle, entre 8 y 9 avenida de la colonia Universidad para poder vender la comida con “sabor a pueblo”, pero sueña con poder adquirir un local para comercializar sus platillos.
“Ya estamos haciendo los trámites necesarios para poder legalizar el negocio. En la vida hay que buscar formas para salir adelante”, apuntó.
La aceptación de sus platillos típicos ha sido tan buena que tuvo que contratar a una persona para que le ayude con los pedidos. Así como él son muchos los hondureños que buscan autoemplearse a través de una microempresa.
Ángel Gutiérrez (33), padre de dos hijos y experto en mercadeo, explicó que ante la necesidad de darle una mejor oportunidad de vida a su familia, decidió emprender un pequeño negocio llamado “La Burrita Loca”.
Contó que hace un mes colocó una vitrina, una mesa y una estufa en la 24 calle, entre 8 y 9 avenida de la colonia Universidad para poder vender la comida con “sabor a pueblo”, pero sueña con poder adquirir un local para comercializar sus platillos.
“Ya estamos haciendo los trámites necesarios para poder legalizar el negocio. En la vida hay que buscar formas para salir adelante”, apuntó.
La aceptación de sus platillos típicos ha sido tan buena que tuvo que contratar a una persona para que le ayude con los pedidos. Así como él son muchos los hondureños que buscan autoemplearse a través de una microempresa.
