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China se debate entre priorizar el estímulo o la reforma

  • 25 septiembre 2014 /

Muchos economistas advierten que el gobierno podría tener que re­currir a drásticas medidas de estí­mulo, como recortes generalizados de las tasas de interés.

Beijing, China.

En momentos en que China considera hacer cambios en la cúpula del banco central, sus líderes enfrentan una pregunta mucho más amplia: ¿están dispuestos a tolerar un crecimiento económico más mo­derado?

Las discusiones en las esferas más altas del gobierno sobre la po­sible partida de Zhou Xiaochuan, el gobernador del Banco Popular de China y un férreo defensor de las re­formas de mercado, se producen en momentos en que aumenta la pro­babilidad de que la segunda econo­mía del mundo no cumpla su meta de crecimiento anual, de 7,5% en 2014, la primera vez que ello ocurriría des­de la crisis asiática de 1998.

Muchos economistas advierten que el gobierno podría tener que re­currir a drásticas medidas de estí­mulo, como recortes generalizados de las tasas de interés, a las que, se­gún señalan los asesores del banco central, Zhou se ha opuesto.

Tales políticas, sin embargo, significarían que el gobierno ten­dría que desempolvar el viejo libre­to que le otorga una prioridad a fo­mentar el crecimiento. El énfasis en la expansión económica podría exa­cerbar los ya altos niveles de deuda y retrasar reformas que, según los líderes del país, sentarían las bases para un desarrollo más sostenible de la economía.

Zhou es considerado por fuentes oficiales y economistas como dis­puesto a combatir la priorización del crecimiento a corto plazo y, en su lugar, enfatizar la implementación de reformas financieras, como la li­beralización de las tasas de interés, que asignarían el crédito de mane­ra más eficiente. Algunos sostienen que la suerte que corra Zhou será una prueba del compromiso de los líderes del país con las reformas.

La bolsa de China alcanzó el jue­ves su nivel más alto de los últimos 18 meses en lo que constituye una apuesta a que la salida de Zhou dé paso a una política monetaria de es­tímulo. Un acceso más expedito al crédito suele impulsar el desempeño de las acciones.

“Más allá de quién esté a cargo del banco central, todo depende de la economía”, señala Zhang Bin, in­vestigador de la Academia China de Ciencias Sociales. “Si la economía se sigue debilitando, los líderes estarán menos dispuestos a impulsar refor­mas que puedan presentar mayores riesgos al sistema”, añade.

Hasta el momento, los líderes chinos han enviado señales con­tradictorias. El primer ministro Li Keqiang indicó en junio a funciona­rios de todo el país que la meta de crecimiento de 7,5% era “legalmen­te vinculante”. Sin embargo, en un discurso pronunciado este mes no manifestó tener mayores inconve­nientes con que la expansión de la economía sea “un poco más alta o un poco más baja” que la meta y agregó que China no siempre puede depen­der del crédito fácil para echar a an­dar la economía. También confirmó el énfasis del gobierno en mantener en pie las reformas económicas.

La retórica cambiante ha dividi­do a los analistas sobre si el verdade­ro compromiso del gobierno es con las reformas o con el crecimiento.

“La renuencia del gobierno a emplear medidas de estímulo más enérgicas es comprensible, si toma­mos en cuenta el salto en el endeu­damiento de China y el exceso de capacidad en los últimos años”, afir­ma Tao Wang, economista de UBS. “Pero su determinación podría ser puesta a prueba”.

La economía china ha sentido los efectos de la desaceleración del mercado inmobiliario, que repre­senta un cuarto del Producto Interno Bruto, y por una ofensiva contra la corrupción que ha enfriado el gasto y la inversión.
El presidente de China, Xi Jin­ping, quien también encabeza el Partido Comunista, considera re­emplazar a Zhou al frente del ban­co central como parte de un cambio de personal más amplio después de varias riñas internas en torno a las reformas, informó el miércoles The Wall Street Journal. Fuentes cerca­nas recalcaron que aún no se ha to­mado una decisión final. El banco central negó en un comunicado la renuncia de Zhou.

El principal candidato para sus­tituir a Zhou es Guo Shuqing, un ex banquero y regulador de valores que actualmente se desempeña como gobernador de la próspera provin­cia de Shandong, en el este del país. Guo no pudo ser contactado para que comentara al respecto. Un fun­cionario del gobierno provincial de Shandong indicó que “no hay confir­mación oficial” de que Guo se dirija al banco central.

El Banco Popular de China no es independiente, necesita el visto bue­no de los líderes y a menudo debe batallar contra otras agencias del gobierno. Zhou, quien ha estado al frente del organismo desde 2002, ha resistido en los últimos meses la presión de sectores del gobierno que quieren un paquete de fuertes medidas de estímulo, dicen aseso­res de la entidad. En lugar de ello, el banco central ha lanzado una se­rie de medidas orientadas a sectores específicos.