San Pedro Sula, Honduras.
Con semilla mejorada, procesos tecnificados y apoyo financiero, más de 3 mil familias productoras de maíz y frijol contrarrestan la sequía, elevan el volumen de sus cosechas y la calidad de los granos.
Esto es parte del proyecto “Nutriendo el futuro” que inició en 2009 bajo una alianza entre CARE, organización humanitaria líder en la lucha contra la pobreza en el mundo, y Cargill, marca líder de pollo y derivados, que benefician a los agricultores de Villanueva, Santa Cruz de Yojoa, Siguatepeque y a sus comunidades.
“El 70% de la producción que obtienen es para autoconsumo y el 30% se comercializa. Estamos validando tres tecnologías: abonos orgánicos, semillas mejoradas y rotación de cultivos. Gracias a ello el 100% de nuestros productores usan mejores tecnologías”, dice Leonel Maldonado, responsable del área de Agronegocios de CARE.
Oportunidad
Por ello, la sequía y las inundaciones pueden ser contrarrestadas por estos emprendedores.
“Cargill invierte más de un millón de dólares en este sistema de seguridad alimentaria, que incluye la mejora de la dieta y llevar las prácticas a las escuelas mediante huertos. Financiamos, capacitamos, entregamos conocimiento y cerramos el ciclo con la compra de estos insumos que son tan importantes. Además, mostramos el camino para que se sumen más productores”, comenta Liliana Barahona, encargada del área de Responsabilidad Social de Cargill.
En detalle
En 86 hectáreas de Villanueva, Cortés, se producen 9 mil quintales de maíz blanco y 2 mil quintales de frijol rojo.
“Antes de entrar a este proyecto trabajamos la tierra en base a lo que nuestros antepasados nos habían enseñado, pero hemos visto un cambio enorme en la cantidad y en calidad de la cosecha”, refiere Nulfo Núñez, agricultor.
El abono químico con el que cuentan les permite mejores resultados.
“Antes, solo cosechábamos de 10 a 12 quintales por manzana. Ahora, más de 30 quintales, y cada mata de maíz llega a tener tres mazorcas”, explica Fausto Díaz, presidente de la Asociación de Agricultores en la comunidad de El Zapotal, en Santa Cruz de Yojoa.
El proyecto incluye un seguro agrícola para que los productores resguarden sus cosechas ante la sequía o las inundaciones.
Con semilla mejorada, procesos tecnificados y apoyo financiero, más de 3 mil familias productoras de maíz y frijol contrarrestan la sequía, elevan el volumen de sus cosechas y la calidad de los granos.
Esto es parte del proyecto “Nutriendo el futuro” que inició en 2009 bajo una alianza entre CARE, organización humanitaria líder en la lucha contra la pobreza en el mundo, y Cargill, marca líder de pollo y derivados, que benefician a los agricultores de Villanueva, Santa Cruz de Yojoa, Siguatepeque y a sus comunidades.
“El 70% de la producción que obtienen es para autoconsumo y el 30% se comercializa. Estamos validando tres tecnologías: abonos orgánicos, semillas mejoradas y rotación de cultivos. Gracias a ello el 100% de nuestros productores usan mejores tecnologías”, dice Leonel Maldonado, responsable del área de Agronegocios de CARE.
Oportunidad
Por ello, la sequía y las inundaciones pueden ser contrarrestadas por estos emprendedores.
“Cargill invierte más de un millón de dólares en este sistema de seguridad alimentaria, que incluye la mejora de la dieta y llevar las prácticas a las escuelas mediante huertos. Financiamos, capacitamos, entregamos conocimiento y cerramos el ciclo con la compra de estos insumos que son tan importantes. Además, mostramos el camino para que se sumen más productores”, comenta Liliana Barahona, encargada del área de Responsabilidad Social de Cargill.
En detalle
En 86 hectáreas de Villanueva, Cortés, se producen 9 mil quintales de maíz blanco y 2 mil quintales de frijol rojo.
“Antes de entrar a este proyecto trabajamos la tierra en base a lo que nuestros antepasados nos habían enseñado, pero hemos visto un cambio enorme en la cantidad y en calidad de la cosecha”, refiere Nulfo Núñez, agricultor.
El abono químico con el que cuentan les permite mejores resultados.
“Antes, solo cosechábamos de 10 a 12 quintales por manzana. Ahora, más de 30 quintales, y cada mata de maíz llega a tener tres mazorcas”, explica Fausto Díaz, presidente de la Asociación de Agricultores en la comunidad de El Zapotal, en Santa Cruz de Yojoa.
El proyecto incluye un seguro agrícola para que los productores resguarden sus cosechas ante la sequía o las inundaciones.
