Tegucigalpa, Honduras.
Es el jefe de la manada. Es médico y catedrático universitario. Un hombre de fútbol. Mundialista con la Selección de Honduras en 1982. Exfutbolista de la primera división. Fue dirigente deportivo y ahora es técnico de los Lobos de la UPN. Ese es Salomón Názar.
Su voz es inalterable y mesurada ante los micrófonos. Huye de la polémica, pero ama el orden y la planificación. Es el único técnico hondureño en las semifinales. En su primera vez en esta instancia le toca retar a un viejo zorro como Manuel Keosseián.
No se arruga frente a Olimpia, el reto que se le avecina. “Ahora vamos por más”, decía luego de eliminar con un contundente 5-2 al Real España.
LA ILUSIÓN. Názar es la cabeza de un proyecto que ha llegado a primera división a dar cátedra. Sí, a dar clases de orden y planificación. Y el técnico es la cabeza visible de la UPN. En cuatro torneos en primera división, el doctor y sus muchachos no se han visto involucrados en problemas de descenso. Tampoco en polémicas. Se dedican a jugar, pero el ejemplo viene desde el banquillo.
“Discúlpeme, de los árbitros no hablo”, le respondió el doctor a un reportero que le preguntó por el trabajo de los hombres de negro al finalizar el juego contra Real España.
Pero Názar ha demostrado no solamente mesura, también ha mostrado dotes de buen estratega y de un excelente reclutador de valores. Es que, torneo a torneo, jugadores que elevan su nivel en los Lobos parten hacia otros equipos, en su lugar llegan otros que son convencidos por el doctor de adherirse a su proyecto.
Convencidos porque el equipo no cambia su forma de juego y lejos de caerse no ha dejado de crecer en todos los sentidos desde que llegó a la primera división. Es un mérito institucional, pero el doctor tiene mucho que ver en eso.
Seguramente que, aparte de mandar en el banquillo, también organiza, pues por muchos años fue secretario de la Universidad en Liga Nacional.
La otra historia. El hombre de moda en el fútbol hondureño tiene otra gran historia que contar. Es un sobreviviente de cáncer en los ganglios linfáticos. En 2012, libró una de las batallas más duras de su vida, pero logró sobrevivir.
Según su hija, Eva Názar, es un hombre que les ha enseñado a luchar siempre, como lo hace ahora la UPN.
Su victoria contra esa mortal enfermedad es una muestra de los arrestos que tiene el doctor, quien ahora busca al enfrentar a Olimpia su primera final como técnico en el fútbol hondureño.
TRAYECTORIA
Názar era el suplente del destacado Julio César Arzú en la Selección que participó en España 82. No logró debutar en esa justa.Como jugador debutó con la Universidad en la temporada de 1972, equipo en el que se retiró en 1984.
Su carrera como entrenador la inició en 2011 con los Lobos UPN en la Liga de Ascenso. Es su único equipo desde el banquillo.
