San Pedro Sula, Honduras.
Hace cinco décadas dos jóvenes se juraron amor para toda la vida y en una solemne ceremonia en la iglesia El Buen Pastor, María Lourdes Solórzano y Pablo Montalván renovaron votos donde prometieron estar juntos por siempre.
Acompañados por sus hijos, nietos y especiales amigos los enamorados festejaron y brindaron por 50 años en los que han logrado cultivar una familia donde el respeto y el amor han sido el pilar fundamental para ser felices.
Para conmemorar las bodas de oro, sus hijos le organizaron emotivo festejo en el Centro Social Hondureño árabe donde María Uclés de Rápalo y su equipo de floristas de Casa, jardín y más engalanaron la estancia con flores primaverales y delicados detalles.
Durante la velada se proyectó un video con especiales imágenes que han marcado las diferentes etapas del matrimonio Montalván Solórzano, desde su noviazgo hasta la consolidación como abuelos. Los presentes colmaron de felicitaciones a los agasajados y alzaron sus copas para brindar por su amor.
Hace cinco décadas dos jóvenes se juraron amor para toda la vida y en una solemne ceremonia en la iglesia El Buen Pastor, María Lourdes Solórzano y Pablo Montalván renovaron votos donde prometieron estar juntos por siempre.
Acompañados por sus hijos, nietos y especiales amigos los enamorados festejaron y brindaron por 50 años en los que han logrado cultivar una familia donde el respeto y el amor han sido el pilar fundamental para ser felices.
Para conmemorar las bodas de oro, sus hijos le organizaron emotivo festejo en el Centro Social Hondureño árabe donde María Uclés de Rápalo y su equipo de floristas de Casa, jardín y más engalanaron la estancia con flores primaverales y delicados detalles.
Durante la velada se proyectó un video con especiales imágenes que han marcado las diferentes etapas del matrimonio Montalván Solórzano, desde su noviazgo hasta la consolidación como abuelos. Los presentes colmaron de felicitaciones a los agasajados y alzaron sus copas para brindar por su amor.
