Hipster, la nueva tribu urbana en San Pedro Sula

Universitarios marcan su propio estilo en la moda, la música, ideología y pasatiempos.

  • 16 sep 2012

“Desde pequeño me ha gustado marcar la diferencia. Me visto como quiero y nunca he encajado en el prototipo de chavo común”. Johny Hernández es un universitario de 19 años, estudia diseño gráfico, es apasionado de la fotografía y de las tendencias de moda. “Me gustan las cámaras viejas, el reloj de bolsillo, los carros de los 60 y los Beatles son mi banda preferida”.

Su perfil encaja a la perfección con los hipsters, una nueva tendencia urbana que se populariza en jóvenes entre 15 y 30 años de colegios y universidades privadas de San Pedro Sula.
Nadie se reconoce hipster. Lo que los define es que son diferentes. Es la moda de no estar a la moda. Un hipster es un joven culto y sofisticado, de clase media alta, amante del arte y en búsqueda constante de la creatividad, adicto a la tecnología y a la música indie.

La moda es su sello de originalidad. Lucen camisas a cuadros, camisetas con apariencia deslavada, bufandas, pantalones pegados y tenis estilo Vans. El accesorio que los distingue son los lentes con marco grueso de carey, los llevan aunque no los necesiten. También se identifican con su infaltable bolso cruzado de tela o de cuero viejo.

“Más de una vez me han dicho emo, solo me río y me aparto”, confiesa Wendy de León, otra universitaria que estudia diseño gráfico y es exponente de la subcultura hipster. “Somos un poco más racionales, conservadores y poco a poco hacemos la diferencia. Te das cuenta de que alguien es hipster por los lentes grandes, el tipo de zapatos y las camisas muy coloridas”.

Identidad

Hipster deriva de la palabra “hip”. En los años 40, los músicos de jazz usaban la palabra “hip” para describir a cualquiera que conociera sobre la emergente subcultura afroamericana, lo cual incluía conocer de jazz. Estos miembros fueron llamados hepcats, un término que luego se transformó en la palabra hipster.

Para el sociólogo Orlando Tinoco, las tribus urbanas obedecen a una definición mediática para referirse a un grupo de personas, en su mayoría jóvenes, que establecen parámetros que difieren de la generalidad. “De ninguna manera podemos considerarlos antisociales, pues con su actitud buscan que la sociedad note su existencia”.

Los hipsters imponen su propio estilo. “Siempre busco cosas diferentes, pero que sean cómodas. No me guío por lo que usan otras personas. Llevo lentes de sol porque me gustan, tengo 15 estilos diferentes de varios colores”, confiesa Isaac Martínez, un joven que impone moda entre los universitarios de Cedac (Centro de Diseño, Arquitectura y Construcción). “Uso skinny jeans, camisetas de botones, de preferencia manga larga. Varío los peinados y el color del cabello, dependiendo de mi estado de ánimo”.

“La mayoría somos seres rutinarios. Por ello, adoptar una moda que vaya en contra de la rutina hace que estos grupos sean notados fácilmente. Usualmente buscan tendencias extravagantes, nada convencionales para hacer una especie de marca de territorio que nos haga diferentes a los demás”, agrega Tinoco.La psicóloga Jenny Arauz dice que los adolescentes necesitan desarrollar sus propios valores, opiniones e intereses y no solo limitarse a repetir los de sus padres. Desean sentirse amados y respetados y para eso han de saber primero quiénes son. En ese proceso de descubrir y desarrollar su propia identidad suelen buscar a qué parecerse o identificarse”.

A los hipsters les encanta la tecnología. Tienen blogs, bajan música por Internet, participan en YouTube, Facebook, Twitter, Tumblr o My Space, están conectados al iPod y con un celular último modelo.

No a las etiquetas

“No me gustan las etiquetas. Caminamos serios, por eso nos tachan de orgullosos por la pinta que tenemos. Soy una persona bien amistosa, pero me cierro a los demás porque la gente lo hace así a uno. Los lugares de bulla no nos gustan”, confiesa Wendy.

“Aquí está sonando un poco más el tema de los hipsters. Es importante que la gente se dé cuenta de quiénes somos para que no seamos juzgados por la sociedad, es feo que te confundan con un emo, porque hay gran diferencia: ellos no hablan, solo abordan temas de dolor y escuchan música screamo, la de nosotros lleva un mensaje de paz. La fotografía es un hobbie bien grande y utilizamos instagram, queremos buscar la creatividad”, agregó.

Johny es un compulsivo a comprar por Internet. “Hago tres compras al mes. No me gusta que alguien más ande mi misma ropa. Cuando algo me gusta y no hay aquí en Honduras, digo tengo que comprarlo. No me le acerco a nadie aunque se vistan igual a mí, creo que ni yo ni el resto de la gente tenemos algo especial. Me encanta estar con mi teléfono, escucho todo tipo de música, menos reguetón, bachata, merengue ni punta”. Los pasatiempos de Isaac son escuchar música, ver y editar fotografías y estar conectado en las redes sociales.

Esta tendencia también tiene adeptos entre los adultos. La psicóloga Jenny Arauz afirma que no es raro que la crisis de la identidad –que se manifiesta en la adolescencia- pueda durar hasta cerca de los 30 años.

Contrario a otros países donde esta subcultura está popularizada, los universitarios confiesan que en Honduras se enfrentan al rechazo. “Te quedan viendo extraño, tienden a señalarnos, porque no son de mente abierta”, dice Isaac, quien se siente cómodo cuando está en la universidad de diseño porque se siente identificado con el resto.

“Me han gritado hipster, realmente no me importa lo que la gente diga”, dice Johny Hernández.

Cristian Molina, profesor de Ucrish (Universidad Cristiana de Honduras), explica que entre los jóvenes es común la aparición de subculturas que se definen como “microsociedades”, con grados significativos de autonomía respecto de las “instituciones adultas”. Pero pertenecer a alguna de estas, como el caso de los hipsters, no es fácil, lleva tiempo cambiar tu estilo de vida, ropa, música, cine, literatura y hasta gastronomía, sin tomarse nada demasiado en serio, excepto a sí mismo.

Aunque existen manuales de cómo convertirte en un hipster, el pedagogo aconseja no tomárselo a la ligera, no sin antes considerar si lo hace por un acto de rebeldía a la sociedad, por moda o por sentirse bien consigo mismo, así como los aspectos negativos de ser parte de una subcultura que lo puede aislar de su círculo social. ¿Vale la pena sacrificar tanto por una moda de no estar a la moda?

Sus gustos

Música Escuchan bandas poco conocidas: “The Paper Kites”, “The Kooks”, “Arcade of fire”, “The Strokes” y “Arctic Monkeys”.

Hobby El café es la bebida por excelencia porque estimula y fomenta el arte de la conversación. Son amantes de la fotografía creativa.

Look El corte de cabello es también básico. El estilo debe ser limpio pero casual, con cortes convencionales casi sin peinar.

Claves

1 Muchos de los jóvenes estudian carreras universitarias que pertenecen al ámbito de las artes, la tecnología y las letras.

2 “Mad men” es su serie favorita. En el cine prefieren a los directores Quentin Tarantino y Wes Anderson.

3 Los sombreros, los anteojos grandes o con diseños, las bufandas y prendedores son accesorios básicos.

4 Esta subcultura es popular en Estados Unidos, Argentina, Colombia y Chile, entre otros países.

Para entender

A diferencia de otros, no se clasifican como hipsters porque encasillarse dentro de un grupo con gustos afines sería reconocer ser igual a otro, y eso es lo opuesto a lo que buscan. Porque, según se entiende, el origen de los hipsters está en la necesidad de diferenciación.

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