26/04/2024
12:23 PM

Jack Nicholson, ícono del cine

El actor de “Chinatown” celebra sin proyectos cinematográficos sus 75 años de vida.

    Es uno de los grandes actores de la historia del cine, comparte con Walter Brennan el récord de Óscares conseguidos por un actor en las categorías de interpretación y ha creado personajes que son íconos de la cultura popular. Se llama Jack Nicholson y cumplió 75 años el pasado 22 de abril.

    Su ritmo de trabajo ha aminorado en los últimos tiempos y en este siglo apenas ha intervenido en siete películas, casi todas comedias, un género en el que se ha volcado en la recta final de su brillante carrera, jalonada con tres premios de la Academia de Hollywood por One flew over the cuckoo’s Nest (1975), Terms of endearment (1983) y As Good as it Gets (1997).

    Tres actuaciones que forman parte de un mosaico de emociones y registros único, perteneciente a uno de esos rostros que tantas veces transcendió la gran pantalla a través de esas cejas arqueadas, esa sonrisa de diablillo juguetón y una intensidad pocas veces igualada. Fue candidato al Óscar en otras nueve ocasiones, por títulos tan conocidos como Easy rider (1969), Chinatown (1974) o A few good men (1992), entre otros.

    La última de ellas fue por About Schmidt (2002), a la que siguieron sus proezas en Anger Management (2003) -como un excéntrico psiquiatra con métodos poco convencionales- y Something’s Gotta Give (2003) -dando rienda suelta a su faceta de seductor maduro-, en una apuesta decidida por la comedia pura tras los atentados del 11-S en Nueva York.

    Ascenso

    Nicholson, uno de los rostros más ligados al esplendor de Hollywood y presente en la gran mayoría de los partidos de Los Ángeles Lakers de la NBA desde 1970, nació entre los rascacielos de Manhattan, en Nueva York.

    Abandonado por su padre, creció creyendo que su abuela era su madre, pero su madre era la que él creía su hermana mayor, una farsa que descubrió ya adulto, en 1974, cuando un periodista de la revista Time preparaba un artículo sobre él.

    Tras unos comienzos poco halagüeños en el terror de la serie B de Roger Corman (The little shop of horrors, 1960) y en varios westerns de poca monta (The shooting, 1966), la gran oportunidad -y su primera nominación al Óscar- le llegó en Easy rider, cinta de culto y ejemplo de la rebeldía y contracultura estadounidense en plena pesadilla de Vietnam.

    Poco después consiguió la estatuilla dorada por Chinatown.