Ayer, 6 de febrero, cumplió 61 años en el trono la reina Isabel II de Inglaterra, con un puñado de popularidad tras el embarazo de la duquesa Catalina, pero con un bajo prestigio de sus similares en España y Holanda.
La reunión fue privada en la residencia real de Sandringham, lo que contrasta con el fervor popular del año pasado con motivo de su Jubileo de Diamantes.
La reina no muestra señal alguna de cansancio pese a sus 87 años, sintiéndose muy agradecida por los festejos: “Las actividades por mi aniversario en las que he podido participar han sido experiencias profundamente conmovedoras”.
La reina va encaminada a hacerse con el récord de ser la monarca que más tiempo ha estado en el trono. Hasta la fecha lo tiene la reina Victoria, con más de 63 años de reinado.
Se debate constantemente sobre quién debe ser el sucesor. Durante mucho tiempo, el príncipe heredero Carlos de Gales, de 64 años, era tan impopular que, según las encuestas, la población prefería a su hijo, el príncipe William.
La constitución no prevé esta opción. Desde hace un tiempo los británicos son más favorables a Carlos, y durante el embarazo de Catalina se tramitará una ley para igualar los derechos de sucesión.
