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Mujer llega a su funeral y confronta a marido que mandó a matar

  • 07 febrero 2016 /

El hombre contrató un grupo de sicarios para asesinar a su mujer pero estos decidieron perdonarle la vida.

Merlbourne, Australia.

¡Sorpresa, todavía estoy viva!”, fueron las palabras con las que Noela Rukundo sorprendió a su esposo luego de que este despidiera a las personas del funeral al que asistieron para darle el pésame por la muerte de ella –según él- en un accidente vehicular.

La realidad era otra, una mucho más macabra y que involucraba directamente a quien fue su marido por una década: Balenga Kalala, quien hace un año contrató a un grupo de matones en Burundi para que secuestrase y matara a su compañera. Los sicarios, sin embargo, no cumplieron con el contrato y la dejaron en libertad.

Los hechos ocurrieron en Burundi, (África) hace un año, cuando el marido de Noela contrató al grupo de sicarios para que mataran a su esposa. Pero el asesinato no ocurrió como estaba planteado, y ella lo sorprendió en lo que era su propio funeral. Ahora, la mujer contó la experiencia al canal BBC y el increíble caso tuvo repercusión en el mundo entero.

Foto: La Prensa

Noela narró su trágica experiencia a la cadena BBC.


Rukundo vive en Melbourne, Australia, pero tuvo que regresar a su África natal porque había fallecido su madrastra. Estaba muy triste y estresada. Un día, al anochecer, mientras descansaba en su hotel, sonó el teléfono. La llamaba desde su casa Balenga Kalala, su marido y padre de tres de sus ocho hijos.

'Dijo que había estado tratando de encontrarme todo el día', contó Noela. 'Me preguntó: ¿Cómo está el tiempo? ¿Hace mucho calor? Y me dijo que saliera a la calle a tomar aire fresco', continuó la mujer, que sin dudarlo siguió su consejo.
'Cuando abrí la puerta un hombre me puso una pistola y me llevó hasta un auto que estaba esperando'. Le cubrieron la cara y el vehículo se puso en marcha.

La metieron dentro de un lugar y la ataron a una silla. Entonces el jefe de la banda llamó al hombre: 'Ya la tenemos' dijo. Puso el teléfono en altavoz para que ella escuchara la conversación. 'Matala', soltó su marido. 'Escuché su voz, era él. Sentí que mi cabeza iba a explotar', relató la mujer.

De golpe la buena mujer perdió el conocimiento. Cuando despertó, estaba en un edificio desconocido rodeada por sus secuestradores, quienes le explicaron que no iban a matarla porque conocían a su hermano. “Queremos que regreses, para que les digas a otras mujeres estúpidas qué pasó”, le dijeron.

Y llegó el día del funeral. Noela fue hasta su casa y se enfrentó al hombre cuando salía para acompañar a un grupo de personas que había ido a acompañarlo en ese momento. 'Se quedó paralizado mirándome, asustado. Me tocó el hombro. Entonces dijo: 'Noela ¿eres tú? '', relató la mujer. Y el hombre comenzó a gritar: '¡Lo siento por todo!'. Ella lo denunció y la policía lo arrestó.