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La ruta turística de Brooklyn, Nueva York

  • 06 enero 2015 /

Brooklyn se ha sofisticado, ofrece aún esa idea de que es un territorio virgen que invita a ser explorado.

Nueva York.

Gracias a su espíritu dispuesto al cambio, Brooklyn ha cobrado fama más allá de las fronteras de Estados Unidos; muchos barrios alrededor del mundo quieren parecerse a esta zona neoyorquina. Todo comenzó con la inauguración de Glasslands hace ocho años. Esta sala de música, una de las más populares de Williamsburg, abrió un espacio al arte experimental comunitario.

Era poco más que un galpón entre viejos almacenes sobre la Avenida Kent, una calle desolada pegada al río Este. Esta sala desapareció junto con el 2014. Ahí se mudará Vice News, el canal de noticias que en menos de un año creció de manera exponencial debido, en parte, a su cobertura sobre el movimiento hipster, uno de los rasgos distintivos de esta zona.

Ahora, esa frontera cultural se ha extendido a otros barrios como Bushwick, Bed Stuy, Gowanus o Red Hook, donde se respira un Brooklyn más auténtico. 'Me encanta mi barrio y que está cambiando constantemente', expresa Eli Sussman, residente de Williamsburg y chef ejecutivo de Mile End, el restaurante de pastrami más famoso de Brooklyn.

Foto: La Prensa



Un lugar diverso
Sin embargo, no hay un solo Brooklyn, son varios. Hay un Brooklyn para los judíos ortodoxos (el sur de Williamsburg), los de origen ruso (Sheepshead Bay), las parejas jóvenes con su primer hijo (Cobble Hill o Park Slope) y los jóvenes emprendedores (Dumbo).

Otro que vive de noche y duerme de día (Bushwick), uno más que se parece a Miami (la costa de Williamsburg) y está en el que se comen tacos y solo se habla español (Sunset Park). Incluso, existe un rincón destinado únicamente a la diversión (Coney Island).

Foto: La Prensa


Sussman, un chef reconocido en Nueva York, cambió Los Ángeles por Williamsburg en 2011 atraído por la innovación gastronómica del barrio. Recuerda que había muchos jóvenes empezando negocios de la nada, 'haciendo salsas en departamentos'.

'Ahora hay una colección fantástica de pequeños bares y restaurantes, con un dueño independiente. Eso atrae mucho a la gente. Eso sí se puede hacer en Brooklyn: crear algo respaldado por la comunidad, como si se viviera en un pueblo chico. Y es loco porque Brooklyn es gigantesco', señala. Brooklyn tiene una superficie de 251 kilómetros cuadrados.

Masoud Soltani lo corrobora, pues, junto con su esposa, maneja un pequeño café en Boreum Hill. 'Hay lugares con mucho carácter', asegura este iraní de 46 años. 'Y muy buena gente, no tanta como en Manhattan, pero la suficiente como para pasarla bien y relajarse sin gastar tanto dinero'.

Cecilia Pinedo, una argentina que recién pasó por Bushwick, coincide: 'Tiene un perfil más relajado, cool y amistoso que Manhattan. Me sentí muy cómoda porque es cosmopolita, con un alma vintage y vanguardista al mismo tiempo', apunta.

Foto: La Prensa


La comparación con Manhattan ha sido, es y será, ineludible y recurrente. 'El alma de Nueva York se mudó a Brooklyn, donde todo es nuevo y excitante', escribió el actor Alec Baldwin para New York Magazine, con el que se despidió en febrero pasado de la vida pública con ácidas críticas a La Gran Manzana.

También hay deporte y espectáculo
El diseñador Jean Paul Gaultier eligió al Museo de Brooklyn para alojar su muestra retrospectiva. Los Nets se mudaron de Nueva Jersey a Brooklyn y ahora juegan mejor que los New York Knicks. Y en el Barclays Center, más pequeño que el Times Square Garden, fue el escenario donde Nirvana volvió a tocar tras la muerte de Kurt Cobain.

Incluso, la ciudad ya logró quedar finalista en la carrera por la sede de la Convención Nacional Demócrata de 2016, que podría ungir como candidata a Hillary Clinton. Pero Brooklyn, pese a todo lo que ha crecido y se ha sofisticado, ofrece aún esa idea de que es un territorio virgen que invita a ser explorado.

'Hay millones de personas que viven en Brooklyn, y para las que es solo su hogar y no suscriben la idea de que es una meca de creatividad o una marca global', concluye el chef Sussman.

Foto: La Prensa


Cinco motivos para comer en Brooklyn
Brooklyn Crab. Ofrece una de las mejores experiencias culinarias con lo mejor del océano en Red Hook, el barrio de los marineros. www.brooklyncrab.com

Rucola. Ubicado en una esquina de Boreum Hill, este pequeño restaurante italiano es una buena opción para una cena romántica o un almuerzo de domingo. www.rucolabrooklyn.com

Dover. Recién abrió en Carroll Gardens y ya está considerado uno de los mejores restaurantes de Nueva York. Tiene un menú de degustación de 95 dólares. www.doverbrooklyn.com

Roberta´s. El viaje al este de Williamsburg y el tiempo para que te asignen mesa valen la pena para degustar una de las famosas pizzas de este lugar. www.robertaspizza.com

Five leaves. En una esquina de Greenpoint, ofrece una atmósfera muy hipster y las mejores hamburguesas en Nueva York. www.fiveleavesny.com

Foto: La Prensa



Una meca cultural
Con toda la atención que consume el fenómeno hipster, los cafés veganos, las cervezas artesanales y el arte culinario, se olvida el perfil cultural de Brooklyn.

Han proliferado el teatro, la literatura, la música, la televisión y el cine. La Academia Musical de Brooklyn ha ofrecido conciertos de Caetano Veloso y un festival de obras de Shakespeare con actores de la talla de Derek Jacobi o Patrick Stewart.

Si Manhattan tuvo a Woody Allen, Brooklyn contó con Spike Lee. Y el escritor Paul Auster le ha dado vida al barrio en sus páginas. Recientemente, la actriz Lena Dunham reflejó en la televisión la vida de los hipsters con la serie 'Girls', que se enfoca en los jóvenes blancos que cambiaron el perfil de Williamsburg.