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A disfrutar de un paseo por Santo Domingo Colonial

  • 09 febrero 2016 /

Esta bulliciosa capital caribeña tiene un pasado digno de presumir.

República Dominicana.

La primera catedral del nuevo mundo, el primer tribunal, el primer hospital, la primera fortaleza, el primer palacio... Andar por la zona colonial de Santo Domingo, capital de República Dominicana, es una clase de historia.

Fundada en 1496 por bartolomé colón (hermano menor de cristóbal), esta ciudad es considerada por la Unesco patrimonio de la Humanidad, el Santo Domingo Colonial consta de apenas 16 calles y una muralla defensiva que no evitó que la ciudad cayera en 1586, ante el saqueo del pirata Francis Drake.

Existe un trenecito, llamado Chu Chu Colonial, que da un tour por la zona, pero lo recomendable es perderse a pie por sus vías adoquinadas con racimos de historia. Eso sí, si se acude a mediodía hay que ir preparados para sudar.

Foto: La Prensa


Mezcla de estilos renacentista, gótico y plateresco, la catedral primada de américa, consagrada en 1540, se ubica a unos pasos del Parque Colón, donde se ven, además de músicos callejeros regalando notas de bachata y boleros, tiendas de ámbar y tabaco, dos orgullos dominicanos.

Los restos de Cristóbal Colón alguna vez descansaron en la catedral. Ahora hay pinturas religiosa especialmente valiosas, como una de la Virgen de Altagracia. más antigua que la catedral, ubicada a un par de cuadras de ella, es la Fortaleza Ozama, edificada entre 1502 y 1508 para proteger la ciudad y, con sus 18.5 metros de altura, servir de vigía del río ozama y la costa del mar caribe.

Foto: La Prensa


La calle las damas conduce al Alcázar de Colón, pero antes permite encontrarse con el museo de las casas reales, donde estuvo la real audiencia, primer tribunal del continente. el museo cuenta la historia de dominicana en la Colonia.

El Alcázar, que data de entre 1510 y 1512, no llama la atención por su discreta arquitectura gótica-mudéjar. Pero sí por su historia. primer palacio fortificado de América, fue residencia de Diego Colón, hijo de Cristóbal, quien gobernó la Española (nombre de la isla que actualmente comparten República Dominicana y Haití).

Es un monumento nacional en el que se conocen detalles de la vida virreinal y se encuentran con obras de Alberto Durero y Rafael Pellicer. A cinco minutos a pie, el viajero, que ya se habrá convertido en historiador colonial, puede decidir entre visitar el monasterio de San Francisco (1508) o el Hospital San Nicolás de Bari (1503).

De ambos solo quedan ruinas, luego de terremotos y huracanes que han azotado la isla los últimos cinco siglos, pero los dos ofrecen escenarios que nadie se quedará con las ganas de retratar.

Foto: La Prensa

Foto: La Prensa