Redacción
Inicialmente se creyó que el problema era un defecto en las baterías fabricadas por SDI, la filial especializada de Samsung; pero cuando estas fueron sustituidas por baterías de otros fabricantes, el problema se repitió, por lo que la causa debía de hallarse en otra parte.
Samsung hizo un notable esfuerzo por llegar al fondo del asunto en su afán por recuperar la confianza de los consumidores y para evitar que afecte a su próximo dispositivo estrella, el Galaxy S8.
Tal como se sospechaba, la causa no tenía que ver ni con el software instalado en el dispositivo ni con el sistema de carga rápida.
La culpa siempre estuvo con las baterías y eso es lo que viene a confirmar la investigación que la propia Samsung inició para determinar con exactitud qué produjo un fallo que le costó la retirada del mercado de su dispositivo más avanzado.
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Millones
De dólares le costó a Samsung la retirada de los Note 7 del mercado.
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Todo parece indicar que la causa directa tiene que ver con la temperatura y con una falla de diseño que no le deja suficiente espacio a la batería para expandirse al momento de la carga, cuando suele haber un aumento de temperatura que se concentra en un espacio muy reducido, provocando las explosiones y dañado irremediablemente los dispositivos.
La exhaustiva investigación llevada a cabo por el fabricante coreano replicó los incendios de la batería para poder estudiar la causa de estos y presentará un informe completo sobre los resultados de la investigación el próximo 23 de enero.
