Tegucigalpa, Honduras.
Un perito mercantil y contador público fue asesinado en un lugar solitario de la carretera que conduce a la aldea Tierra Blanca y el cerro de Cantagallo, al oriente de la capital.
El cuerpo inerte quedó tendido boca abajo en un callejón de un bosque de pinos junto a una troza de ocote, a unos 10 metros de distancia de un turismo Hyundai, gris, placas PCH-4064 que conducía la víctima. El fallecido fue identificado por las autoridades como José Rufino Hernández Ochoa (56), quien tenía su domicilio en la colonia La Travesía en la zona de la San Miguel.
Técnicos de la Sección de Inspecciones Oculares hicieron la requisa en la escena del crimen, adonde encontraron cuatro casquillos de bala calibre 9 milímetros. Algunos curiosos que llegaron a la escena del crimen confirmaron que el automóvil fue visto en el lugar desde las horas de la mañana estacionado con los vidrios abiertos, pero que no se imaginaron que había una persona muerta.
Un testigo confió que alrededor de las 7:00 pm del lunes se escucharon unos disparos en el sector, por lo que se presume que a esa hora ocurrió el crimen.
Familiares del fallecido se presentaron a la morgue capitalina a reclamar el cadáver y confirmaron que él era perito mercantil, que trabajaba de auditor en una empresa privada de la capital.
Un perito mercantil y contador público fue asesinado en un lugar solitario de la carretera que conduce a la aldea Tierra Blanca y el cerro de Cantagallo, al oriente de la capital.
El cuerpo inerte quedó tendido boca abajo en un callejón de un bosque de pinos junto a una troza de ocote, a unos 10 metros de distancia de un turismo Hyundai, gris, placas PCH-4064 que conducía la víctima. El fallecido fue identificado por las autoridades como José Rufino Hernández Ochoa (56), quien tenía su domicilio en la colonia La Travesía en la zona de la San Miguel.
Técnicos de la Sección de Inspecciones Oculares hicieron la requisa en la escena del crimen, adonde encontraron cuatro casquillos de bala calibre 9 milímetros. Algunos curiosos que llegaron a la escena del crimen confirmaron que el automóvil fue visto en el lugar desde las horas de la mañana estacionado con los vidrios abiertos, pero que no se imaginaron que había una persona muerta.
Un testigo confió que alrededor de las 7:00 pm del lunes se escucharon unos disparos en el sector, por lo que se presume que a esa hora ocurrió el crimen.
Familiares del fallecido se presentaron a la morgue capitalina a reclamar el cadáver y confirmaron que él era perito mercantil, que trabajaba de auditor en una empresa privada de la capital.
