Cuando se dirigía en su carro a su casa para almorzar, César Humberto Aguilar Altamirano (50) fue interceptado y ultimado a balazos por dos matones que se conducían en una motocicleta.
El hecho se produjo ayer a eso de las 12:30 del mediodía en el semáforo de la intersección de la 7 calle noreste y la avenida Circunvalación de esta ciudad. El ahora occiso acostumbraba todos los días a ir a almorzar a su vivienda en el barrio Morazán.
Aguilar Altamirano era licenciado en administración de empresas y desde hace 15 años era el gerente de operaciones de la compañía Hilos y Mechas, según informaron sus parientes.
Según el informe preliminar de la Policía, basado en la declaración de testigos, dos sujetos no identificados siguieron a Aguilar Altamirano desde que salió de su trabajo hasta llegar a la intersección adonde se ubica el semáforo. Aprovechando que estaba en rojo, los criminales lo alcanzaron y al cambio de luz lo interceptaron y uno de los hombres se bajó de la motocicleta apuntándole con una pistola.
Aguilar Altamirano intentó acelerar su carro, pero el sicario le disparó en varias ocasiones hasta matarlo. El auto de la víctima -un turismo ocre- fue a detenerse en los bordillos de la acera de la 7 calle.
Vecinos de la zona indican que al momento del hecho, un carro de guardias de seguridad que transitaba por el lugar, al escuchar las detonaciones, sus ocupantes accionaron las armas e dispararon contra los malvivientes y uno de ellos resultó herido, pero ambos lograron escapar.
Efectivos policiales desplazaron unidades a los diferentes centros asistenciales en busca del sospechoso que iba herido.
Confusión y dolor
Yanine Tejada, esposa de Aguilar Altamirano y con quien la víctima procreó cuatro hijos, llegó al lugar y aseguró desconocer la causa por la que le habrían quitado la vida a su marido
“Yo creo que lo confundieron porque él no se metía con nadie, era un ejemplo para mis hijos y en el trabajo”, manifestó entre lágrimas la mujer.
Afirmó que la hija mayor de ambos trabaja en la misma empresa adonde laboraba su compañero de hogar, ahora muerto. La dama manifestó que era una costumbre de Aguilar Altamirano ir a la casa a comer en horas del mediodía por la cercanía de la empresa adonde laboraba con su vivienda.
Al lugar del hecho se presentaron compañeros de trabajo del ahora occiso, quienes lamentaron su trágica muerte. Dijeron que Aguilar Altamirano laboraba con ellos desde hace 15 años y que se desempeñaba como gerente de operaciones de la compañía Hilos y Mechas.
Conocidos del ahora occiso dieron buenas referencias por la conducta que tuvo durante el tiempo en que lo conocieron.
Al momento del levantamiento, los médicos forenses y fiscales del Ministerio Público dijeron que Aguilar Altamirano presentaba ocho impactos de bala, en la cara, cabeza y hombro.
En la escena del crimen no se encontraron casquillos para identificar el tipo de arma usada en el ataque.
