Luego de haber salido de un bufete para ir a almorzar, el abogado Eduardo Enrique Castellanos Quiñónez fue acribillado en el barrio Guamilito de esta ciudad.
El sicario, vestido con una camisa blanca y con el rostro descubierto, lo estaba esperando; el abogado de 51 años salió del bufete adonde trabajaba con un primo y se dirigió a comprar a una pulpería cercana.
Según testigos, Castellanos Quiñónez iba caminando cuando el sujeto lo interceptó y desde una corta distancia comenzó a dispararle con una pistola.
El sujeto descargó su arma, mientras el abogado ya con varios impactos de bala y ensangrentado trataba de huir de su victimario.
El cuerpo del abogado fue llevado a la morgue; sus familiares dijeron que lo velarían en Tela, de donde era oriundo.
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“Yo iba a sacar unas copias y escuché el tiroteo, no sabía para dónde hacerme, pues el hombre le iba disparando al señor”, relató otra de las vecinas de la zona.Como pudo, porque iba herido, el abogado caminó una cuadra hasta refugiarse en un comedor, en la 4 avenida y 4 calle, noroeste, en el que casi a diario almorzaba.
“Llegó para refugiarse, pero solo entró y cayó al piso y no pudimos hacer nada”, dijeron personas que estaban en el lugar. Indicaron que una mujer que trabaja en un banco resultó con un rozón de bala.
Escena
El crimen ocurrió a eso de las 12:40 pm, y en la zona adonde fue atacado quedaron más de 20 casquillos de arma de fuego, que recogieron agentes de Inspecciones Oculares de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI).
Algunas de la balas impactaron en carros que estaban estacionados a la orilla de la calle, así como en las paredes de las casas adonde comenzó a ser atacado el abogado.
Castellanos Quiñónez estuvo en horas de la mañana de ayer en el juzgado de paz en el edificio del Poder Judicial, en la 33 calle.Ejercía su profesión desde hacía unos 15 años en los que se dedicó a litigar en el área penal.
Lamentan. Familiares que llegaron a la escena dijeron que Eduardo Enrique Castellanos Quiñónez era un hombre humilde y servicial que le gustaba su carrera.
Hasta ayer, la Policía no tenía sospechas del porqué asesinaron al abogado, pero manifestaron que las investigaciones se dirigirían primeramente a su profesión para conocer si había tenido problemas con algún cliente.