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Colegiales matan a escolar porque no les dio 10 lempiras

  • 01 julio 2014 /

Por el asesinato de Anderson Gerardo López Cardona (11), la Policía aprehendió a cuatro colegiales, entre ellos un primo de la víctima. Los sospechosos pedían al niño L10 diarios para no golpearlo.

Santa Bárbara, Honduras

Los habitantes de Ilama, uno de los municipios más pequeños de Santa Bárbara, aún no dan crédito al horrendo crimen del que fue escenario este poblado enclavado entre montañas.

El niño Anderson Gerardo López Cardona (11), alumno del sexto grado de la escuela Leónidas Rivera, fue torturado, asesinado y enterrado en el predio del antiguo edificio de su centro educativo.

Los principales sospechosos del asesinato son un joven de 18 años y dos menores de edad, entre ellos un primo hermano de la víctima, según el informe de la Policía Nacional.

Hay un cuarto detenido, también de 18 años, en poder del Ministerio Público, quien será usado como testigo protegido.
Según las primeras indagaciones de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC), basadas en relatos de vecinos, la condena a muerte del niño fue no poder pagar los 10 lempiras diarios que los sospechosos le exigían a cambio de no golpearlo, aunque uno de los detenidos por el crimen confesó que la intención era secuestrar al menor y exigir a su familia un rescate de cuatro millones de lempiras.

Los presuntos homicidas son estudiantes de secundaria del instituto Pascual Fajardo Fernández, de Ilama.
Los cuatro sospechosos fueron detenidos ayer por las autoridades y según Enoc Fúnez, jefe de la DNIC de Santa Bárbara, uno de ellos confesó el asesinato.

Últimas horas de vida

La tarde del pasado lunes, luego de terminar la jornada escolar, Anderson llegó a su casa y después de almorzar le dijo a eso de las 3:00 pm a su mamá que iría a un taller de ebanistería a recoger un trabajo que le habían dejado en la escuela.

Yamilet Cardona relató que vio a su hijo algo inquieto, ni siquiera se quitó el uniforme y salió apresurado de la casa.
Cuando el reloj marcaba las 5:00 pm, la preocupación se apoderó de la madre debido a que el menor de sus cuatro hijos no regresaba a casa.

La señora salió al taller donde supuestamente se encontraba su hijo, pero allí le informaron que Anderson no había llegado.

La preocupación dio paso a la angustia en la madre, quien avisó a su esposo Gerardo López de la extraña desaparición de su hijo y juntos recorrieron cada uno de los lugares donde presumía que se encontraba el menor, pero la noche cayó sin tener una sola pista del paradero de Anderson.

A la búsqueda ya se habían unido todo el pueblo y los policías allí asignados. El cura del pueblo ordenó repicar las campanas para alertar a los pobladores sobre la emergencia.

Todos se reunieron en el parque central de Ilama para esperar noticias del niño, pero con el paso de las horas, los vecinos fueron regresando uno a uno a sus casas. Solo se quedaron los padres y los hermanos del niño debido a que no querían regresar a casa mientras no apareciera Anderson.

Ayer a eso de las 4:00 am, la madre del pequeño recuerda que se levantó de la banca del parque y caminó unos 100 metros hasta el predio de la escuela vieja, del que solo la separaban unas láminas. “Traté de remover las láminas para pasar, pero algo me detuvo y no lo pude hacer, me regresé y fue cuando unos vecinos entraron al lugar y allí encontraron a mi niño muerto”, expresó entre el llanto la destrozada madre.

Dantesca escena

Lo que los vecinos encontraron es algo que nunca olvidarán: en el patio de la vieja escuela yacía el cuerpo enterrado de Anderson.

Sus homicidas excavaron una fosa de un pie de profundidad y cubrieron el cadáver con tierra, palos y piedras. Uno de los vecinos que ayudaron a buscar al menor contó que la noche del lunes ingresaron a la escuela vieja, pero como ya estaba oscuro no encontraron nada y salieron del lugar.

Dijo que en la mañana volvieron al antiguo centro educativo y observaron rastros de sangre y señales de que algo había sido arrastrado en el patio. “El papá del niño movió unas lajas y miró que le salían las rodillas y se comenzó a escarbar”, contó. El cadáver del niño fue encontrado a las 5:00 am.

La noticia se regó por el pueblo. Algunos de los vecinos comenzaron a recordar que habían visto a unos menores salir por la noche del predio de la vieja escuela.

Las autoridades policiales fueron informadas del hecho y un equipo de la DNIC se trasladó del municipio de Santa Bárbara a Ilama, donde en cuestión de horas capturaron a los sospechosos de la muerte de Anderson.

Uno de los detenidos confesó y detalló a los autoridades el asesinato del menor. La Policía sindica al primo de Anderson, un adolescente de 15, como la persona que lo mató con un cuchillo. Según el dictamen preliminar del médico forense que hizo el levantamiento, el niño presentaba una herida de arma blanca en el cuello que le causó la muerte y otra en la rodilla. Un equipo de patólogos forenses del Ministerio Público de San Pedro Sula viajó a Ilama para exhumarlo.

Los investigadores de la Policía Nacional aún no han encontrado el arma utilizada en el asesinato.

La Fiscalía local de Santa Bárbara presentó acusación contra los adolescentes de 16 y 15 años por las infracciones penales de privación injusta de la libertad y asesinato. Después de presentarse el requerimiento, el Juzgado giró la orden de captura contra los presuntos implicados.

Se aprehendió a Arafat Martínez Caballero (18), quien según las autoridades policiales también participó en el brutal crimen. “Estamos buscando la prueba que los asocie con el hecho para que el Ministerio Público lo valore con el dictamen de la autopsia del menor. También se tendrá como indicio la vestimenta de los presuntos hechores porque hay manchas de sangre para ver si concuerda con la de la víctima, ya que será cotejado en el laboratorio forense”, expresó Enoc Fúnez.

El móvil del crimen

La Policía de Investigación aseguró que el caso ya está esclarecido y el principal móvil es que los presuntos asesinos pretendían cobrar un rescate de cuatro millones de lempiras a la familia de Anderson Gerardo.

Los pobladores de Ilama aseguran que en el pueblo se ha formado un grupo que se hace llamar Los 13, quienes estaban extorsionando al niño y a diario le exigían 10 lempiras para no golpearlo.

Se conoció que los acusados del crimen tenían una lista de niños a quienes le cobraban el dinero, entre ellos la hija del alcalde de Ilama.

El lunes, cuando el niño pasaba por el parque, los antisociales lo interceptaron y le pidieron dinero. Debido a que no andaba los 10 lempiras lo comenzaron al golpear. Uno de los implicados dijo que lo metieron en la escuela con la intención de secuestrarlo y pedir un rescate. “La principal causa que se maneja es que pedirían un rescate. Ellos -los sospechosos- raptaron al menor. Por la inexperiencia lo mataron y pretendían pedir un rescate a sus parientes”, aseguró Fúnez.

Uno de los menores que participaron en el crimen narró que le darían 200 mil lempiras cuando cobraran el rescate. Dijo que el primo del niño lo hirió en el cuello y comenzó a cavar la fosa donde lo enterraron.