Tegucigalpa, Honduras
Carlos Roberto Funes, viceministro de Defensa, reveló que Joaquín Guzmán Loera, más conocido como Chapo Guzmán, residiría en Honduras.
“Sí, el Chapo Guzmán podría estar en Honduras”, admitió el funcionario en entrevista con el diario español El Mundo. Reconoció también que el cartel de Sinaloa, del cual es líder, controla el trasiego de drogas en Honduras.
Funes indicó que desde hace años Honduras se ha convertido en un “dolor de cabeza” para Estados Unidos, que ha visto cómo en 2011 se incautaban 21 toneladas de cocaína y en 2013, solo dos. Detalló que en el país hay unas 200 pistas clandestinas de aterrizaje, la mayoría de ellas en La Mosquitia, por donde pasa, por tierra o por mar, el 80% de la cocaína que llega a Estados Unidos, en lo que supone ser uno de los pasillos de la droga más activos del mundo. “Ahora mismo tenemos entre 180 y 200 pistas ilegales en el país. Tienen un kilómetro de longitud, pero recientemente encontramos una de 2.5 kilómetros. Los carteles se están preparando para traer aviones más grandes”, advirtió el viceministro de Defensa.
“Hemos destruido entre 80 y 100 pistas en los últimos tres años, pero la gente que vive en el lugar, que se siente parte del negocio, las repara”. Una vez en tierra, la droga llega al mar y sigue camino en lanchas rápidas. “Normalmente, el avión no les interesa y lo queman. Los narcotraficantes rara vez regresan, salvo que sean aviones grandes. Modifican los depósitos de las avionetas y ponen bombas y depósitos internos, que van operando para volar seis horas desde Venezuela o Colombia. En una avioneta modelo 210 vienen unos 500 kilos y en otras hasta mil”, contó Funes a El Mundo.
Pero por mar se mueven mucho más. De hecho, en la Academia Militar del Campo Marte, de Tegucigalpa, hay un submarino casero construido en Colombia que el Ejército hondureño rescató para que los cadetes puedan aprender los métodos utilizados por el narcotráfico. Hasta cinco como este se han encontrado frente a sus costas en los últimos tres años.
Pero no siempre es posible presumir de los éxitos. Hace dos meses, el Gobierno puso en marcha la Operación Neptuno, una misión sin precedentes destinada a golpear financieramente al cartel de Los Cachiros. Después de varios meses de investigación, la operación se cerró sin ningún detenido y la intervención de 71 cuentas corrientes que estaban vacías.
