Tegucigalpa. Entre el llanto y la impotencia, cinco familias de escasos recursos económicos observaron cómo un pavoroso incendio destruyó sus viviendas.
El siniestro ocurrió alrededor de las 11:00 am en el sector conocido como cerro El Estiquirín, donde en término de minutos las voraces llamas redujeron a escombros cinco inmuebles construidos de madera y techo de zinc.
Gracias a la intervención del Cuerpo de Bomberos, el fuego no ocasionó mayores daños en otras casas aledañas ni pérdidas humanas que lamentar. El incendio dejó a la intemperie a por lo menos 30 personas, en su mayoría niños de corta edad, según confirmaron los damnificados, quienes claman ayuda a las personas bondadosas y autoridades de instituciones.
Lo perdieron todo
Ory García Rodríguez no podía contener el llanto mientras observaba cómo las voraces llamas destruían su humilde casa que logró construir con tanto sacrificio.
En la vivienda habitaban cinco personas, dos adultos y tres menores de edad, entre ellos un niño especial de 11 años, que padece de convulsiones y necesita con urgencia sus medicamentos.
También resultaron damnificados la señora Carmen Aguilera y siete miembros de su familia; Rosa Canales, quien vivía con seis parientes, cuatro niños y dos adultos y Fidel Aguilar junto a seis familiares.
El fuego también destruyó las viviendas de Tony Rivera y Perla Marisol Fuentes. El primero habitaba en el inmueble con su compañera de hogar y su hija, mientras que la segunda con otra niña.
Los perjudicados hicieron dramáticos llamados en solicitud de ayuda. “Todo lo perdimos, hemos quedado en la calle”, expresó la señora Carmen Aguilera, mientras lloraba abrazada con sus hijas.
Las principales necesidades que tienen las familias damnificadas son de víveres, ropa, medicamentos, además de la ayuda de las autoridades para reconstruir sus viviendas.
