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Mujer mató a su marido a pedradas en un arranque de ira

  • 16 septiembre 2016 /

Tegucigalpa, Honduras.

En un arranque de ira, y bajo los efectos del alcohol, una mujer mató a pedradas a su compañero de hogar.

El amor que le tenía se convirtió en odio y, cansada de los maltratos y constantes golpes que le propinaba una tras otra vez, tomó la determinación de quitarle la vida a pedradas a su marido.

La víctima del ataque es Ramón Antonio Cantor Romero ( de 35 años).

El hecho se produjo en el sector 6 de la colonia Hato de Enmedio de esta capital, adonde ambas personas se dedicaban a la recolección de basura y vivían a la intemperie.

“Lo maté por basura, ya estaba a pi.. que me golpeara, que me mentara a mi madre; siento odio y yo sé como lo dejé tirado ahí y lo dejaría peor, lo vuelvo a matar”, confesó con frialdad Gladys Yaneth Montoya Hernández, luego de cometer el crimen en contra de su esposo Juan Ramón Romero.

“No aguantaba los golpes, estaba cansada de tanto maltrato, por eso lo maté”, recalcó con vehemencia la victimaria.

El ahora occiso recibió de parte de la mujer varios golpes en la cabeza con una pesada piedra que fue encontrada a la par del cadáver. Al ser detenida por los policías, Montoya Hernández relató que “me estaba golpeando, pero le dije: ahora me toca a mí, te voy a matar”, y procedió a lanzarle la piedra hasta acabar con la vida de su hombre.La mujer fue capturada con sus manos ensangrentadas por elementos de la Policía Nacional que la llevaron a la posta de la colonia Kennedy, adonde se responsabilizó por la muerte de su cónyuge.

Foto: La Prensa

Gladys Yaneth Montoya Hernández no tuvo hijos con su marido.
Reciclaje

Ambos se dedicaban a la recolección de productos reciclables en el mismo contenedor donde quedó el cadáver de Cantor Romero.

“Desde que vivimos juntos me pegaba, en una ocasión me lanzó para que un carro me atropellara y me quebré un brazo”, explicó la mujer.

Según las autoridades que llegaron a la escena del crimen, la pareja vivía a la par del contenedor y consumían bebidas alcohólicas a diario.

La parricida fue trasladada hasta la estación policial de la colonia Kennedy y posteriormente a la Fiscalía de Delitos contra la Vida.

Sin embargo, aun custodiada no dejaba de repetir lo que había hecho.

“Si reviviera lo volvería a matar”, expresó con un notable repudio. La imputada fue presentada a los tribunales y enfrentará cargos por parricidio.