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11:22 AM

Uno de los hombres asesinado en restaurante tenía dos días de haber venido de EEUU

  • 23 marzo 2019 /

Carlos Amílcar Henríquez tenía una negocio de venta de lácteos y Canelas Zúniga se dedicaba a importar carros de Estados Unidos.

San Pedro Sula, Honduras.

De los dos hombres que se encontraban almorzando en un restaurante y que fueron sorprendidos por dos pistoleros que les dispararon hasta acabar con sus vidas, una de las víctimas tenía apenas dos días de haber venido de Estados Unidos.

El doble crimen ocurrió ayer a eso de las 11:40 am en un negocio de venta de parrilladas en el bulevar Las Torres en la primera etapa de la colonia Satélite, de la Capital Industrial.

Las víctimas son Carlos Amílcar Henríquez Solís (de 40 años) y Emil Mauricio Canelas Zúniga (de 29), ambos originarios del departamento de Olancho.

Los ahora occisos era comerciantes. Carlos Amílcar Henríquez tenía una negocio de venta de lácteos y era propietario de pulperías en el sector López Arellano, de Choloma. Canelas Zúniga se dedicaba a importar carros de Estados Unidos, y tenía dos días de haber retornado al país procedente de esa nación del norte.

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A partir de la información proporcionada por testigos a la Policía, Henríquez Solís y Canelas Zúniga se encontraban comiendo en el negocio cuando ingresaron dos hombres, quienes sacaron pistolas y comenzaron a dispararles.

Tras que los hombres cayeron abatidos, los gatilleros abandonaron el negocio.

Los victimados tenían sus carros estacionados en la acera del restaurante. Carlos Amílcar se conducía en pick up gris, cabina y media, placas HAM-1908. Canelas Zúniga viajaba en un turismo rojo sin placas.

Según las investigaciones preliminares de los agentes de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), el motivo del asesinato de los dos comerciantes es un posible ajuste de cuentas. Afuera y dentro del negocio están colocadas cámaras de vigilancia y los videos serán analizados por los investigadores a fin de identificar a los hechores.

Parientes de los dos hombres que llegaron a la escena del crimen manifestaron que los ahora occisos no tenían enemistades y tampoco habían recibido amenazas de muerte.