Tegucigalpa, Honduras
Unidades de inteligencia policial investigan los nexos que podría tener el asesinato de una enfermera y de su hijo con la balacera donde murió un pandillero y un policía penitenciario la noche del miércoles en el Centro Médico del barrio La Granja.
La madrugada de ayer, la Policía tomó nota de los cadáveres de la señora Eva del Carmen Gálvez González (41), enfermera de dicho hospital privado, y de Reynaldo José Flores Gálvez (21), residentes en la colonia Óscar A. Flores.
Madre e hijo perdieron la vida en el interior de su casa de habitación alrededor de las 2:00 am al ser atacados a balazos por criminales aún no identificados por la Policía.
Balacera
Gálvez González era una de las testigos claves del tiroteo ocurrido en la clínica privada.
Ella era una de las enfermeras de turno en la sala de emergencia y quien habría asistido al pandillero Manuel Isaac Durón Chacón (31), quien cayó abatido a balazos junto al agente penitenciario Noé Perfecto Molina, originario de Marcala, La Paz. La matanza fue perpetrada por ocho malhechores que portaban armas automáticas, quienes sometieron a la impotencia al personal y los miembros de la seguridad y luego les dispararon a las víctimas.
Lo que trascendió y que está sujeto a investigación por parte de las autoridades es que la enfermera y su vástago habrían asistido al velatorio de Durón Chacón en San José de El Pedregal, de donde salieron poco antes de las 2:00 am.
Tras llegar a su casa fueron interceptados por sicarios, quienes los obligaron a tirarse boca abajo sobre el piso y los mataron a balazos.
Las autoridades analizaban ayer la lista de las personas a las que se les tomó declaración el día del mortal ataque en el que pereció el cabecilla de la pandilla 18 y el custodio penitenciario.
