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12:48 AM

Más de 60 casquillos hallaron en escena de transportista y su hijo en San Pedro Sula

  • 21 marzo 2016 /

Héctor Amado Laínez Aguilera (32) estaba recluido en el presidio de San Pedro Sula desde 2003.

San Pedro Sula, Honduras

Fueron minutos de terror. Las ráfagas hechas por desconocidos a plena luz del día cegaron la vida de los ocupantes de una camioneta Hyundai Tucson, color verde, que transitaba por el barrio San Cristobal a lo largo de la avenida Juan Pablo Segundo. El pánico cundió entre los vecinos y comerciantes que acababan de abrir sus locales.

Eran las 7:55 am, cuando un pick up blanco 3.0 y una motocicleta daban seguimiento a la camioneta en que viajaba la transportista Ana Trinidad Aguilera Mendoza (53) y su hijo Héctor Amado Laínez Aguilera (32). Se les pusieron a la par por ambos lados, les dispararon y al cerciorarse de que los habían matado se marcharon.

En un perímetro de cien metros quedaron esparcidos los casquillos de arma calibre 5.56 milímetros. Más de 60 fueron recogidos por los agentes de Inspecciones Oculares de la Dirección de Investigación Policial (DPI ).

“Las unidades de inteligencia trabajan para determinar quién era el objetivo. Fueron interceptados por una motocicleta y un 3.0 desde donde les dispararon.

El objetivo era acabar con la vida de estas personas, gracias a Dios no hubo otras personas heridas porque hubo perforaciones en viviendas y negocios cercanos”, explicó Miguel Pérez Suazo, jefe noroccidental de la DPI.

Los hechos

Ana Trinidad salió de su vivienda rumbo al Centro Penal Sampedrano, adonde a las 7:30 am recogió a su hijo Héctor Amado, quien gozaba de preliberación. Estaba recluido en el establecimiento desde 2003 por orden del Juzgado de Letras de La Ceiba por homicidio. Juntos iban al hospital a visitar a la madre de la transportista y abuela de Héctor Amado; pero no habían pasado ni cinco minutos desde que ambos se encontraron en el penal cuando se perpetró el ataque contra ellos.

La mujer conducía la camioneta. Testigos aseguran que al advertir el peligro, ella quiso esquivar a sus asesinos, pero la cercaron, no hubo forma de librarse de la lluvia de balas que les dispararon los sicarios.

Una hora después, agentes de la DPI llegaron para recoger las evidencias, inspeccionar la zona y obtener información de testigos y familiares. Fue en ese momento que se estableció que Ana Trinidad era dueña de varias unidades de buses rapiditos de la ruta Felipe Zelaya a El Centro de San Pedro Sula.

Familiares de las víctimas que llegaron al lugar reaccionaron adoloridas. Las escenas eran desgarradoras, no daban crédito a lo ocurrido y entre gritos y sollozos, una dama que fue identificada como la hija de la transportista exclamaba: “¿Por qué? ¿Por qué matan a la gente honrada, esto no puede estar pasando”.

Vínculos

Una clave para las autoridades es el carro 3.0 color blanco, el que ha sido identificado en los asesinatos que en menos de una semana se han perpetrado contra transportistas de la ciudad y en la masacre ocurrida en la colonia Smith en enero.

“No descartamos nada, analizamos la extorsión y otras hipótesis. Incluso si el vehículo es el mismo que participó en los otros ataques a transportistas como el de los cinco muertos de la colonia Smith, vamos a capturar a los responsables”, dijo Suazo.