“Mi hijo, Dios me lo cubrió, la sangre de Cristo me lo ha cubierto”, expresó la madre del señor Ignacio Ayala Hernández (de 52 años), uno de los sobrevivientes del fatídico accidente suscitado en el kilómetro 31 de la carretera a la capital.
La madre de don Ignacio llegó a la terminal de buses en la ciudad de Catacamas, minutos después de enterarse de lo ocurrido, para saber qué había sucedido con su hijo y cuál era el estado de salud.
Para abonar a su tranquilidad, los trabajadores de la empresa de transporte Discovery le comunicaron que su hijo Ignacio estaba con vida.
“Él está bien, solo está herido, en el nombre de Jesús. Yo creo en Dios que no es nada malo, solo es un raspón, en el nombre de Dios”, repetía la mujer de avanzada edad en una entrevista al canal HCH.
Ignacio abordó el autobús a las 4:00 am en la ciudad de Catacamas, iba con destino a Tegucigalpa. Su progenitora contó que él iría hasta Puerto Cortés a traer un vehículo.