San Pedro Sula. Tres jóvenes raptados por supuestos agentes de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) fueron encontrados sin vida, envueltos en bolsas negras.
El hallazgo de los tres cadáveres se reportó ayer en la madrugada en la 20 calle, entre los barrios Las Palmas y La Guardia, de esta ciudad.
Las víctimas eran José Luis Mancía Solís (22) y Kevin Reynaldo Rivera (20). La tercera víctima no fue identificada y no se le encontraron documentos.
Testigos relataron que el pasado martes a eso de las 6:00 pm, los tres jóvenes se encontraban conversando amenamente en una esquina del parque de la colonia Suyapa, sector Chamelecón, cuando supuestos agentes de la DNIC encapuchados, que portaban chalecos antibalas y se conducían en un Hilux verde 3.0, los interceptaron y, apuntándoles con una pistola, los obligaron a subir al vehículo y se los llevaron.
Vecinos de la zona que observaron la supuesta detención avisaron a los familiares de los jóvenes.
Minutos más tarde, familiares de dos de los muchachos se desplazaron a la posta policial de Chamelecón para saber por qué habían sido capturados. Allí se les notificó que los muchachos no figuraban en la lista de detenidos, por lo que se trasladaron a la oficinas de la DNIC en San Pedro Sula, donde les informaron que no había ninguna orden de captura en contra de los jóvenes.
Fue hasta la madrugada de ayer cuando los familiares recibieron la trágica noticia: los cuerpos de los tres amigos yacían tirados en una calle, envueltos en bolsas negras.
Autoridades de Inspecciones Oculares de la DNCI y del Ministerio Público confirmaron que los jóvenes fueron torturados antes de ser asesinados. Todos presentaban heridas de bala en la cabeza.
Eran jóvenes trabajadores
“No entendemos por qué los mataron de esa manera tan vil. Eran hombres trabajadores; no se metían con nadie”, dijo una pariente de las víctimas.
Según relataron sus familiares, José Luis Mancía Solís se dedicaba a la mecánica automotriz en un taller en el barrio El Centro, de esta ciudad, y Kevin Reynaldo Rivera trabajaba colocando tabla yeso en construcciones con sus familiares. Autoridades de investigación desconocían hasta ayer el móvil del triple crimen.
