Tegucigalpa, Honduras.
Había sido absuelto de responsabilidad penal por el Tribunal de Sentencia en Tegucigalpa en 2013, pero un recurso de casación interpuesto por la Fiscalía Especial de Delitos Contra la Vida (FEDCV), anuló el fallo y Brayan Saíd Servellón Mendoza fue recapturado en marzo de este año, por el homicidio de tres mujeres.
Con el nuevo juicio, nuevos jueces y una nueva sala, la prueba científica que aportó Medicina Forense fue clave para evidenciar la culpabilidad del acusado.
La repetición del proceso lo colocó en el lugar de los hechos: en la colonia Puerta del Sol de Tegucigalpa el viernes uno de junio de 2012, donde asesinó a tres mujeres, la ingeniera Tania Carolina Lau Cooper y sus empleadas Norma Suyapa Ramos Mendoza y María Aída Hernández Mendoza.
Fueron las muestras de los cabellos encontrados en ambas manos de la ingeniera, los que hundieron a Servellón Mendoza. Cuando los forenses realizaron la comparación con el patrón tricológico (evaluación de fibra capilar) se encontró que dos cabellos eran similares a la víctima y uno al imputado.
Esa fue la prueba irrefutable, que no fue valorada en el primer juicio, sino hasta en el nuevo proceso donde fue considerada por los jueces de Sentencia, quienes sin dudar lo declararon culpable el pasado 31 de mayo de 2017. Casi cinco años después de cometer los crímenes.
“Se aportó la misma carga probatoria en el nuevo juicio. En el primero, no fue considerada la prueba biológica por los jueces. Ellos no entendían cómo los elementos pilosos (cabellos), habían permanecido custodiados. Fue hasta en este nuevo juicio que esa prueba fue clave para esclarecer las muertes”, explicó Julissa Villanueva, directora de Medicina Forense.
Había sido absuelto de responsabilidad penal por el Tribunal de Sentencia en Tegucigalpa en 2013, pero un recurso de casación interpuesto por la Fiscalía Especial de Delitos Contra la Vida (FEDCV), anuló el fallo y Brayan Saíd Servellón Mendoza fue recapturado en marzo de este año, por el homicidio de tres mujeres.
| Los hechos
1. Venganza por ser despedido del trabajo
42 días antes de los crímenes, el motorista fue despedido y decidió vengarse de su exjefa, Tania Lau Cooper.
2. Lo capturan y fue absuelto días después
En septiembre de 2013, Brayan Said Servellón fue absuelto por el Tribunal de Sentencia.
3. Recapturan al acusado en 2017
Cinco años después del crimen, un nuevo juicio permitió que se declarara culpable a Servellón.
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La repetición del proceso lo colocó en el lugar de los hechos: en la colonia Puerta del Sol de Tegucigalpa el viernes uno de junio de 2012, donde asesinó a tres mujeres, la ingeniera Tania Carolina Lau Cooper y sus empleadas Norma Suyapa Ramos Mendoza y María Aída Hernández Mendoza.
Fueron las muestras de los cabellos encontrados en ambas manos de la ingeniera, los que hundieron a Servellón Mendoza. Cuando los forenses realizaron la comparación con el patrón tricológico (evaluación de fibra capilar) se encontró que dos cabellos eran similares a la víctima y uno al imputado.
Esa fue la prueba irrefutable, que no fue valorada en el primer juicio, sino hasta en el nuevo proceso donde fue considerada por los jueces de Sentencia, quienes sin dudar lo declararon culpable el pasado 31 de mayo de 2017. Casi cinco años después de cometer los crímenes.
“Se aportó la misma carga probatoria en el nuevo juicio. En el primero, no fue considerada la prueba biológica por los jueces. Ellos no entendían cómo los elementos pilosos (cabellos), habían permanecido custodiados. Fue hasta en este nuevo juicio que esa prueba fue clave para esclarecer las muertes”, explicó Julissa Villanueva, directora de Medicina Forense.
Antecedentes
El 1 de junio de 2012, a las 11:00 am, Brayan Saíd Servellón Mendoza, –quien laboró como motorista del negocio de comida de entrega a domicilio de Lau Cooper y que había sido despedido por esta– tocó el timbre de la casa y una de las empleadas lo dejó entrar.
La ingeniera le avisó vía teléfono a su esposo, pero no respondió. Cuando este devolvió la llamada, media hora después, la ingeniera ya no respondió. Fue cuando el esposo se movilizó a la residencia y encontró degolladas a su esposa y las empleadas. En la autopsia se determinó que la ingeniera tenía múltiples heridas cortantes en la cara, en el cuello tipo degollamiento, así como dos heridas punzocortantes en la cabeza. Además se estableció que tenía de 12 a 16 semanas de gestación. El motorista podría purgar una pena de hasta 130 años de prisión, por los tres asesinatos, uno de ellos en concurso ideal con el delito de aborto.
