Tegucigalpa, Honduras.
Una estela de luto, dolor y consternación han dejado en las familias hondureñas las masacres ocurridas en diferentes partes del país. En lo que va del año, las autoridades del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah) reportan 94 homicidios múltiples, lo que ha dejado como resultado 343 personas muertas.
Se establece como muertes múltiples todo evento violento en el que pierde la vida un número de tres o más personas en la misma escena del crimen. “El problema de los homicidios múltiples es que generalmente estas muertes son planificadas, la gente está indefensa ante ese problema, ya que la finalidad es causar la muerte, y por eso es que se precisa usar armas ligeras que permiten un rápido accionar, hacer un movimiento rápido para salir de las escenas del crimen”, dijo Migdonia Ayestas, directora del Observatorio de la Violencia de la UNAH.“Hemos hecho un análisis y han ocurrido en el período de enero a la fecha 94 masacres con un saldo de 343 personas las que han perdido la vida”, enfatizó.
Los lugares. En tanto, un informe del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh) establece que solo en noviembre hubo al menos nueve masacres que dejaron casi cincuenta personas muertas.
“Estos nueve hechos violentos tuvieron como escenarios cinco departamentos, de los cuales tres se cometieron en Santa Bárbara, dos en Cortés, dos en Francisco Morazán, uno en Yoro y uno en Copán”, dice el documento. Estos hechos registrados empezaron el 8 de noviembre y ese día perdieron la vida cuatro personas en La Lima, Cortés.
Ocho días más tarde, otros cuatro hombres fueron encontrados muertos en la comunidad de El Cajón, en Olanchito, tres de ellos eran hermanos.
Las masacres continuaron los días 21 de noviembre en Támara, Francisco Morazán, el 23 en Concepción del Norte, Santa Bárbara, el 24 en la colonia Cerro Verde de Choloma, Cortés, el 25 en el sector de “El Infiernito” de la colonia 19 de Septiembre de Comayagüela y el 28 de noviembre, donde se registraron al menos tres hechos violentos, en Nueva Frontera y Azacualpa, en Santa Bárbara, y en El Encino, Copán.
El sociólogo Eugenio Sosa explicó que la lectura que dejan las últimas cuatro masacres en una semana tiene varios elementos. “El problema de la criminalidad y la violencia es mucho más complejo para poder reducir la tasa de homicidios, que ha sido una discusión entre la Policía y organizaciones de derechos humanos”.
“Pareciera que en los últimos años la modalidad de masacre está adquiriendo más fuerza y preponderancia”, enfatizó.
Primero eran las muertes corrientes, después surgieron los desmembrados y encostalados, lo que evidencia actos de violencia con saña, y el otro elemento son las masacres continuas.
Una estela de luto, dolor y consternación han dejado en las familias hondureñas las masacres ocurridas en diferentes partes del país. En lo que va del año, las autoridades del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah) reportan 94 homicidios múltiples, lo que ha dejado como resultado 343 personas muertas.
Se establece como muertes múltiples todo evento violento en el que pierde la vida un número de tres o más personas en la misma escena del crimen. “El problema de los homicidios múltiples es que generalmente estas muertes son planificadas, la gente está indefensa ante ese problema, ya que la finalidad es causar la muerte, y por eso es que se precisa usar armas ligeras que permiten un rápido accionar, hacer un movimiento rápido para salir de las escenas del crimen”, dijo Migdonia Ayestas, directora del Observatorio de la Violencia de la UNAH.“Hemos hecho un análisis y han ocurrido en el período de enero a la fecha 94 masacres con un saldo de 343 personas las que han perdido la vida”, enfatizó.
Los lugares. En tanto, un informe del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh) establece que solo en noviembre hubo al menos nueve masacres que dejaron casi cincuenta personas muertas.
“Estos nueve hechos violentos tuvieron como escenarios cinco departamentos, de los cuales tres se cometieron en Santa Bárbara, dos en Cortés, dos en Francisco Morazán, uno en Yoro y uno en Copán”, dice el documento. Estos hechos registrados empezaron el 8 de noviembre y ese día perdieron la vida cuatro personas en La Lima, Cortés.
Ocho días más tarde, otros cuatro hombres fueron encontrados muertos en la comunidad de El Cajón, en Olanchito, tres de ellos eran hermanos.
Las masacres continuaron los días 21 de noviembre en Támara, Francisco Morazán, el 23 en Concepción del Norte, Santa Bárbara, el 24 en la colonia Cerro Verde de Choloma, Cortés, el 25 en el sector de “El Infiernito” de la colonia 19 de Septiembre de Comayagüela y el 28 de noviembre, donde se registraron al menos tres hechos violentos, en Nueva Frontera y Azacualpa, en Santa Bárbara, y en El Encino, Copán.
El sociólogo Eugenio Sosa explicó que la lectura que dejan las últimas cuatro masacres en una semana tiene varios elementos. “El problema de la criminalidad y la violencia es mucho más complejo para poder reducir la tasa de homicidios, que ha sido una discusión entre la Policía y organizaciones de derechos humanos”.
“Pareciera que en los últimos años la modalidad de masacre está adquiriendo más fuerza y preponderancia”, enfatizó.
Primero eran las muertes corrientes, después surgieron los desmembrados y encostalados, lo que evidencia actos de violencia con saña, y el otro elemento son las masacres continuas.
