San Pedro Sula, Honduras
La ley de la meta
Debido a la saturación de las rutas, cada minuto sale uno tras otro bus de sus puntos, no hay protocolos ni reloj ni respeto a la vida de pasajeros y peatones en el transporte de buses rapiditos.
Un hombre de 66 años casi muere la noche del domingo, tras ser objeto de la imprudencia de un conductor de bus rapidito en la colonia Villeda Morales de San Pedro Sula, al norte de Honduras.
El afectado fue identificado como Bartolo Ortega (66) quien se aprestaba a bajar de la unidad que cubre la Ruta 2, cuando el conductor arrancó bruscamente, provocando que el anciano cayera sobre el pavimento.
A consecuencia de la caída, don Bartolo se golpeó la cabeza y varias partes de su cuerpo. Las fotografías muestran cómo quedó el anciano.
La imprudencia y fotografias del accidente fueron publicadas en las redes sociales por el hijo del señor, quien indignado denunció al conductor del rapidito por haberse dado a la fuga sin atender a su padre.
'Gracias a Dios mi papá como pudo se levantó rápido, por que si no la cosa hubiera sido más grave, él se está recuperando', compartió aliviado su hijo.
 Bartolo Ortega de 66 años se golpeó fuertemente la cabeza.
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Debido a la saturación de las rutas, cada minuto sale uno tras otro bus de sus puntos, no hay protocolos ni reloj ni respeto a la vida de pasajeros y peatones en el transporte de buses rapiditos.
“Mientras tengan que hacer la cuota que imponen los dueños de unidades del bus y tengan que generar el salario de los conductores y ayudantes, siempre van a andar como locos queriendo dar más vueltas y subir los pasajeros que puedan. La clave para solucionar el problema es que los empresarios paguen un salario a los conductores”, explicó Osman Díaz, Director Nacional de Tránsito (DNT).
