Tegucigalpa, Honduras.
Dar mayor seguridad y garantizar que los presos no tengan oportunidad de fugarse buscan los cuatro centros de prevención que el Instituto Penitenciario ha autorizado construir en tres unidades militares y una base policial.
Los centros se hallan en los Cobras y en el Primer Batallón en Tegucigalpa, en el Segundo Batallón Aerotransportado en Támara y en el Tercer Batallón en Naco, Cortés. Dispositivos de seguridad, cámaras de vigilancia y estrictos controles caracterizan a estas cárceles de máxima seguridad.
“Se diseñaron para internos procesados porque una vez que son sentenciados pasarán a los establecimientos penitenciarios del país”, explicó Francisco Lima Bueso, viceministro de Seguridad.
La mejor de las cuatro cárceles se diseñó en el Centro Preventivo de los Cobras, con capacidad para 52 internos. Los otros centros solo tienen capacidad para 12 o 14 internos.
Los centros
LA PRENSA recorrió el centro de prevención de los Cobras en la colonia 21 de Octubre en Tegucigalpa. Cuenta con una sala especial de monitoreo donde se observarán los movimientos de los internos para garantizar el control de lo que ocurra en el establecimiento durante las 24 horas.
Un área de visita permitirá un registro para hombres y mujeres que visiten el lugar, pero no podrán tener contacto físico con el interno. Una pared dividirá el módulo y a través de una ventanilla dialogarán el tiempo que dure la visita. Son seis cubículos que se han construido para este fin.
La distribución en las celdas solo permitirá dos internos por celda, con una letrina y sistema de agua. Se destina solo una hora de sol para que puedan ejercitarse en el pequeño campo que como área de recreación se ha diseñado.
Un mal comportamiento obligaría a las autoridades a trasladar al privado de libertad a un módulo especial más reducido, limitando algunas actividades como sanción por el mal comportamiento.
Hay dos sectores de duchas; seis por área.
En el campo se han diseñado muebles especiales donde los internos podrán tomar sus alimentos.
Un área conyugal con tres dormitorios y un espacio más amplio permitirá a los internos recibir a sus parejas o esposas que desde su llegada se registren como compañeras oficiales.
Dar mayor seguridad y garantizar que los presos no tengan oportunidad de fugarse buscan los cuatro centros de prevención que el Instituto Penitenciario ha autorizado construir en tres unidades militares y una base policial.
Los centros se hallan en los Cobras y en el Primer Batallón en Tegucigalpa, en el Segundo Batallón Aerotransportado en Támara y en el Tercer Batallón en Naco, Cortés. Dispositivos de seguridad, cámaras de vigilancia y estrictos controles caracterizan a estas cárceles de máxima seguridad.
“Se diseñaron para internos procesados porque una vez que son sentenciados pasarán a los establecimientos penitenciarios del país”, explicó Francisco Lima Bueso, viceministro de Seguridad.
La mejor de las cuatro cárceles se diseñó en el Centro Preventivo de los Cobras, con capacidad para 52 internos. Los otros centros solo tienen capacidad para 12 o 14 internos.
Solo permitirán a dos internos por celda, con una letrina y sistema de agua.
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LA PRENSA recorrió el centro de prevención de los Cobras en la colonia 21 de Octubre en Tegucigalpa. Cuenta con una sala especial de monitoreo donde se observarán los movimientos de los internos para garantizar el control de lo que ocurra en el establecimiento durante las 24 horas.
Un área de visita permitirá un registro para hombres y mujeres que visiten el lugar, pero no podrán tener contacto físico con el interno. Una pared dividirá el módulo y a través de una ventanilla dialogarán el tiempo que dure la visita. Son seis cubículos que se han construido para este fin.
La distribución en las celdas solo permitirá dos internos por celda, con una letrina y sistema de agua. Se destina solo una hora de sol para que puedan ejercitarse en el pequeño campo que como área de recreación se ha diseñado.
Un mal comportamiento obligaría a las autoridades a trasladar al privado de libertad a un módulo especial más reducido, limitando algunas actividades como sanción por el mal comportamiento.
Hay dos sectores de duchas; seis por área.
En el campo se han diseñado muebles especiales donde los internos podrán tomar sus alimentos.
Un área conyugal con tres dormitorios y un espacio más amplio permitirá a los internos recibir a sus parejas o esposas que desde su llegada se registren como compañeras oficiales.