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Involucran a hondureños en crimen de empleado público en El Salvador

  • 29 septiembre 2014 /

Por mensajes de WhatsApp vínculan a Raúl Fajardo y Eleázar Rodríguez en ordenar asesinato de funcionario municipal de El Salvador; la hipótesis sería crimen organizado.

Santa Tecla, El Salvador.

Dos hondureños supuestamente miembros del Cártel de Sinaloa estarían detrás del asesinato y desmembramiento de Franklin Jonathan Ortiz, empleado público de la Municipalidad de Santa Tecla, han declarado a la Policía varios testigos.

El motivo del crimen sería una disputa por el monopolio de la distribución de drogas en la ciudad. Las hipótesis apuntan a que Mendoza Ortiz debía dinero a los hondureños Raúl Armando Fajardo y Eleázar Rodríguez.

Rodrigo Chávez Palacios, alias 'el descuartizador' y autor material del crimen, trabajaría para los hondureños en la venta de vehículos de lujo robados en Honduras y con el sádico asesinato trataba de probar que podía escalar más alto y que era digno de confianza.

Un anónimo dio a conocer a la PNC que Chávez Palacios se había reunido el 29 de septiembre con los hondureños en el Hotel Mesón de María, los hondureños se hospedaron en habitaciones juntas reservadas un día antes por 'el descuartizador' y al día siguiente salieron del país.

Las autoridades obtuvieron un vídeo de la reunión grabado por las cámaras de seguridad del establecimiento.

Apartamento donde fue encontrada la víctima.

La habitación donde se dio el crimen tiene la luz encendida.

Reconstrucción del crimen

Unos seis testigos han declarado cómo la víctima salió el 29 de agosto de su casa rumbo al Hotel Hilton Princess para reunirse con un “inversionista nicaragüense” con quien tenía negocios en proyectos de construcción.

La víctima no regresó esa noche ni al día siguiente, tampoco contestó las llamadas que sus familiares le hacían por lo que denunciaron la desaparición hasta el 31 de agosto.

Desde el martes 2 hasta el jueves 4 de septiembre la Policía Nacional Civil halló los restos de un cadáver que posteriormente iba a ser identificado como el de un empresario tecleño dedicado a la construcción. El primer día los vecinos de la colonia Lomas de San Francisco empezaron a sentir un olor desagradable proveniente del apartamento número 8, donde vivía un sujeto que solía manejar una camioneta azul con placas hondureñas 56699.

Los restos del cadáver fueron encontrados en diferentes zonas de San Salvador.

Más evidencia que señala a los hondureños

La policía halló estacionada una camioneta en la colonia San Francisco con rastros de sangre en los asientos. También tenía placas hondureñas. Al entrar a uno de los cuartos de la vivienda descubrieron un hacha, serrucho, corvo, un cuchillo, tejidos de piel humana, latas de cervezas Golden y Suprema, cuatro pasaportes a nombre de Ricardo Antonio Escobar, matrícula para una pistola a nombre de José Antonio Mejía, una tarjeta de identidad hondureña a nombre de Óscar Alejandro Rodríguez Vega, un sello de notario de José César Domínguez, otro sello de abogado hondureño a nombre de Edgar Joner Machado Chinchilla y otro sello de la Sociedad Finca Azul.

La prueba determinante ha sido el teléfono de Chávez Palacios con el que además de fotografiar la pistola con silenciador, un cuchillo, y un cuarto con un charco de sangre seca, chateó vía WhatsApp con Fajardo sobre el asesinato y el complicado descuartizamiento.