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16 obreros han muerto soterrados desde 2015

  • 13 septiembre 2016 /

Ayer fallecieron Francis Pastor Aguilar Triminio (33) y Franklun Josué Arias García (17).

Tegucigalpa, Honduras.

La irresponsabilidad de una persona le cercenó ayer la vida a dos laboriosos jóvenes hondureños.

Francis Pastor Aguilar Triminio (de 33 años) y Franklin Josué Arias García (de 17), ambos empleados de una compañía privada encargada de construir la obra de trasvase que trasladará el agua de la represa Los Laureles hasta la represa La Concepción.

Con estas dos nuevas víctimas, el número de muertos por este tipo de casos ya suma nueve en este año y 16 desde 2015 a la fecha.



Ayudados por una retroescavadora comenzaron la actividad diaria.

El objetivo era llegar hasta el punto de anclaje de la enorme tubería que llevará el excedente de agua que rebalsa de Los Laureles hasta La Concepción.

Foto: La Prensa

El señor Santos Varela es trasladado a un centro asistencial tras sufrir un ataque de nervios.
Todo marchaba en total normalidad, como se había planeado, pero sucedió lo inesperado por ambos trabajadores.

Una explosión de gran magnitud se escuchó varios metros a la redonda y encendió las alarmas de lo que horas después se convertiría en una escena desgarradora y llena de dolor. “Mauricio, el gordo, era el responsable de decirles que los tubos tenían presión de agua y de aire donde iban a trabajar, pero no lo hizo”, reveló Santos Hernández, empleado de la compañía asignado en Altos de Toncontín.

“Él tenía que haberles dicho que no podían trabajar allí, sin antes quitarles la presión del aire, por eso es que mueren mis amigos”, confesó.

Familiares y amigos no salían del asombro de ver a sus pares en un agujero y con varios metros de tierra encima.

Doña María Triminio, madre de Francis Aguilar, intempestivamente fue de las primeras en llegar al lugar y entre lágrimas expresó: “En el nombre de Jesús que me salga vivo mi hijo”.

De igual manera llegaron a la escena parientes cercanos del jovencito Franklin Arias, la desconsolada mamá, Rosibel García, comentó que tenía varios años de trabajar bajo el mando del mismo contratista.

Debido a la desesperación por lo sucedido, varias personas sufrieron crisis nerviosas, el más afectado fue Santos Varela, quien tuvo que ser auxiliado por paramédicos.

Foto: La Prensa

Al lugar del incidente llegaron familiares y amigos de los obreros, todo se convirtió en una escena desgarradora y llena de dolor.
Investigación

Luis Urrutia, secretario general de Copeco, señaló que por las características de la obra pudo haberse acumulado algún gas que mezclado con la presión se activó causando la explosión.

En el afán de rescatarlos con vida, el Cuerpo de Bomberos realizó la labor de apuntalamiento del terreno, pero pronto se conoció la infausta realidad. “Descartamos que haya sido una tubería de gas natural que pasa por este sector, porque en el país no hay ese tipo estructuras para el transporte de esta sustancia”, agregó Urrutia.

Ante la incertidumbre se pensó que por la zona adonde ocurrió la tragedia podría tratarse de la explosión de algún artefacto de uso militar, pero serán las investigaciones que lo confirmen o desvanezcan.

La extracción de los cuerpos reveló que los obreros no llevaban consigo ninguna protección contra accidentes en este tipo de trabajos.

Los dos cuerpos fueron extraídos después de haber transcurrido una hora y 45 minutos, ante el descontento de sus parientes.

Foto: La Prensa

16 obreros han muerto soterrados
Con estas dos nuevas víctimas, el número de muertos por este tipo de casos ya suma nueve en este año y 16 desde 2015 a la fecha.

El 14 de abril de este año, una nueva tragedia ocurrió en la mina Cuculmeca, en El Corpus, Choluteca, adonde tres obreros perdieron la vida al quedar soterrados.

La nueva historia de terror para las familias del sector se apoderaba solo dos años después de que ocho obreros perdieran la vida en las mismas circunstancias.

¿Quién no recuerda la historia de Julio César Gálvez Sierra, un joven de 29 años que se despidió de su pequeña hija antes de salir de su casa con un “te amo” y un beso en su mejilla sin imaginar que ese sería el último día que sus ojos la verían.

Era el 2 de junio de un nuboso día en el bulevar Kuwait de la capital de Honduras. Gálvez Sierra había quedado soterrado; luego de cuatro horas de trabajo, las esperanzas se desvanecieron: el trabajador hondureño había muerto.

Quién iba a pensar que 12 días después de que Gálvez perdiera la batalla, tres personas más perdieron la vida el pasado 14 de junio luego que un alud de tierra y cemento fundido les cayera encima.

Honduras otra vez está de luto, la vida de dos honestos trabajadores hondureños se ha terminado.

Foto: La Prensa