Asfixiados por el pago de la extorsión a cinco grupos criminales, los conductores de buses de la ruta Kennedy-Cerro Grande-Residencial Honduras paralizaron ayer sus unidades.
A las 11:00 am, los trabajadores del volante dejaron de brindar el servicio y estacionaron los vehículos a las orillas de la carretera que conduce hacia El Tablón.
“Esta es una situación que ya no podemos trabajar. Pagamos 1,500 lempiras semanales por cada bus y siempre aparece una banda nueva que nos extorsiona o le suben al precio de la renta”, informó un conductor.
Las más de 60 unidades que operan en la ruta no poseen seguridad, por ello los conductores son más vulnerables.
“Uno queriendo llevar el pan a nuestras casas, pero de esta forma no podemos trabajar. Depende el día, pero solo nos quedamos con 200 o 300 lempiras, y los más afectados somos nosotros porque lo dueños no pagan por la extorsión”, relató el conductor.
En las últimas semanas se han reportado varios paros de transporte urbano de la ciudad debido a este flagelo. Los conductores exigen seguridad.