San Pedro Sula, Honduras.
“Yo quiero saber por qué me mataron a mi hijo, por qué lo hicieron”, expresaba ayer a gritos en medio del llanto Ana Portillo, madre del joven Cristopher Osmín Portillo.
“Díganme que es una pesadilla, por favor”, exclamaba la desconsolada madre cuando lloraba sobre el cadáver de su hijo de 18 años.
La muerte de Cristopher conmocionó a los sampedranos que día a día pasan en el centro de la ciudad, pues era conocido y apreciado por los vendedores, comerciantes y cambistas porque trabajaba con su madre repartiendo la comida que ella prepara y vende en su pequeño negocio.
Las personas que estaban en el lugar lamentaron la muerte del joven y exigieron que se haga justicia porque Cristopher era trabajador y de buen comportamiento.
“Mi hijo solo andaba 100 lempiras de dos almuerzos que había vendido y yo lo estaba esperando en el puesto y no llegó porque me lo mataron”, dijo doña Ana.
“Los policías lo mataron. Lo único que puedo pedir es que me devuelvan a mi hijo”, expresó. La acongojada madre manifestó que Cristopher era el hijo que le ayudaba en su negocio de venta de comida en el centro.
Cristopher le ayudaba a su mamá a cocinar y repartir la comida.
“Desde que tenía cinco años anda conmigo, es el que me acompañaba a todos lados”, recordó Portillo con su rostro bañado en lágrimas.
“Cuando teníamos problemas con mi esposo yo le decía: ‘yo ya tengo un hombre que me respalde y es mi Cristopher’, le decía yo”, expresó.
Doña Ana contó: “Si ustedes le miran las manos a mi hijo van a ver que tiene callos de trabajar. Él andaba repartiendo comida. Por qué me lo mataron”.
Agregó que su hijo trabajaba con ella y era su brazo derecho.
También dijo que él le comentaba que quería ser mecánico automotriz.
Varias de las personas que estaban en el lugar expresaron su indignación por la muerte de Cristopher, a quien describieron como un joven trabajador y luchador, que día a día trabajaba con su mamá para sostener a su familia.
Asimismo, recordaron que desde tempranas horas de la mañana empezaba a laborar para salir adelante con el negocio de comida de su mamá.
Manifestaron que Cristopher era quien apoyaba todos los días a su progenitora.
Recordaron que desde pequeño anduvo acompañándola y era el hijo más pegado a ella. El cuerpo de Cristopher fue llevado a la morgue de Medicina Forense.
“Yo quiero saber por qué me mataron a mi hijo, por qué lo hicieron”, expresaba ayer a gritos en medio del llanto Ana Portillo, madre del joven Cristopher Osmín Portillo.
“Díganme que es una pesadilla, por favor”, exclamaba la desconsolada madre cuando lloraba sobre el cadáver de su hijo de 18 años.
La muerte de Cristopher conmocionó a los sampedranos que día a día pasan en el centro de la ciudad, pues era conocido y apreciado por los vendedores, comerciantes y cambistas porque trabajaba con su madre repartiendo la comida que ella prepara y vende en su pequeño negocio.
Las personas que estaban en el lugar lamentaron la muerte del joven y exigieron que se haga justicia porque Cristopher era trabajador y de buen comportamiento.
“Mi hijo solo andaba 100 lempiras de dos almuerzos que había vendido y yo lo estaba esperando en el puesto y no llegó porque me lo mataron”, dijo doña Ana.
“Los policías lo mataron. Lo único que puedo pedir es que me devuelvan a mi hijo”, expresó. La acongojada madre manifestó que Cristopher era el hijo que le ayudaba en su negocio de venta de comida en el centro.
Cristopher le ayudaba a su mamá a cocinar y repartir la comida.
“Desde que tenía cinco años anda conmigo, es el que me acompañaba a todos lados”, recordó Portillo con su rostro bañado en lágrimas.
“Cuando teníamos problemas con mi esposo yo le decía: ‘yo ya tengo un hombre que me respalde y es mi Cristopher’, le decía yo”, expresó.
Doña Ana contó: “Si ustedes le miran las manos a mi hijo van a ver que tiene callos de trabajar. Él andaba repartiendo comida. Por qué me lo mataron”.
Agregó que su hijo trabajaba con ella y era su brazo derecho.
También dijo que él le comentaba que quería ser mecánico automotriz.
Varias de las personas que estaban en el lugar expresaron su indignación por la muerte de Cristopher, a quien describieron como un joven trabajador y luchador, que día a día trabajaba con su mamá para sostener a su familia.
Asimismo, recordaron que desde tempranas horas de la mañana empezaba a laborar para salir adelante con el negocio de comida de su mamá.
Manifestaron que Cristopher era quien apoyaba todos los días a su progenitora.
Recordaron que desde pequeño anduvo acompañándola y era el hijo más pegado a ella. El cuerpo de Cristopher fue llevado a la morgue de Medicina Forense.
