Tegucigalpa, Honduras.
Son 190 reclusos considerados de alta peligrosidad los que fueron trasladados ayer a las cárceles de máxima seguridad.
La mayoría de trasladados corresponde a miembros de diferentes maras o pandillas.
El operativo fue ejecutado por la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina) y la Policía Militar de Orden Público (PMOP), el cual comenzó a las 6:00 am.
Los reos fueron llevados a El Pozo en Ilama, Santa Bárbara, y a La Tolva, en Morocelí, El Paraíso.
La operación fue coordinada por el Instituto Nacional Penitenciario (INP) y se realizó simultáneamente en seis centros penales del país.
Del total de trasladados se llevaron a la
cárcel El Pozo, en
Ilama, Santa Bárbara, a 53 reos que estaban en el centro penal de Santa Bárbara, uno en Copán, uno en el anexo del Segundo Batallón de Infantería en Támara, Francisco Morazán, y cuatro desde el centro penal La Tolva, en El Paraíso.
También se trasladó a otros 98 reos que guardaban prisión en las cárceles de El Progreso, Yoro, y ahora están en La Tolva.
De la cantidad anterior, 28 son miembros de la mara Salvatrucha MS-13 y 25 son integrantes de la 18.
Desde el centro penal de La Ceiba, Atlántida, se trasladó a otros 32 reclusos a la cárcel de Ilama y dos mujeres a la Penitenciaria Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS) en Támara.
Según autoridades policiales, estos últimos eran considerados los reyes de la extorsión en La Ceiba.
Con esas acciones, las autoridades penitenciarias también buscan mejorar la condición de vida de los presos y mantener una estricta vigilancia permanente a los reclusos de alta peligrosidad.
Con el nuevo traslado ya suman alrededor de 2,500 presidiarios recluidos en las cárceles de máxima seguridad, desde que se abrieron.
Esa iniciativa forma parte de la transformación del sistema penitenciario. El operativo se desarrolló bajo fuertes medidas de seguridad y los reos fueron llevados en helicópteros a las cárceles de máxima seguridad.
El sistema penitenciario de Honduras alberga a 18,800 reos y su capacidad máxima es para 8,000, es decir, está colapsado.
Rigurosidad
En estas cárceles, los reclusos permanecen bajo vigilancia las 24 horas del día, ya que hay cámaras de seguridad instaladas en los perímetros interno y externo, las cuales son monitoreadas por personal certificado.
Los presos de alta peligrosidad permanecen en sus celdas y solo una hora al día son llevados a un espacio acondicionado para que reciban sol, y no interactúan con los demás ireclusos. También tienen prohibidas totalmente las visitas.
Son 190 reclusos considerados de alta peligrosidad los que fueron trasladados ayer a las cárceles de máxima seguridad.
La mayoría de trasladados corresponde a miembros de diferentes maras o pandillas.
El operativo fue ejecutado por la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina) y la Policía Militar de Orden Público (PMOP), el cual comenzó a las 6:00 am.
Los reos fueron llevados a El Pozo en Ilama, Santa Bárbara, y a La Tolva, en Morocelí, El Paraíso.
La operación fue coordinada por el Instituto Nacional Penitenciario (INP) y se realizó simultáneamente en seis centros penales del país.
 La mayoría de los presos son miembros de maras.
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También se trasladó a otros 98 reos que guardaban prisión en las cárceles de El Progreso, Yoro, y ahora están en La Tolva.
De la cantidad anterior, 28 son miembros de la mara Salvatrucha MS-13 y 25 son integrantes de la 18.
Desde el centro penal de La Ceiba, Atlántida, se trasladó a otros 32 reclusos a la cárcel de Ilama y dos mujeres a la Penitenciaria Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS) en Támara.
Según autoridades policiales, estos últimos eran considerados los reyes de la extorsión en La Ceiba.
Con esas acciones, las autoridades penitenciarias también buscan mejorar la condición de vida de los presos y mantener una estricta vigilancia permanente a los reclusos de alta peligrosidad.
 Los reos fueron trasladados en helicópteros por un fuerte contingente policial.
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Esa iniciativa forma parte de la transformación del sistema penitenciario. El operativo se desarrolló bajo fuertes medidas de seguridad y los reos fueron llevados en helicópteros a las cárceles de máxima seguridad.
El sistema penitenciario de Honduras alberga a 18,800 reos y su capacidad máxima es para 8,000, es decir, está colapsado.
Rigurosidad
En estas cárceles, los reclusos permanecen bajo vigilancia las 24 horas del día, ya que hay cámaras de seguridad instaladas en los perímetros interno y externo, las cuales son monitoreadas por personal certificado.
Los presos de alta peligrosidad permanecen en sus celdas y solo una hora al día son llevados a un espacio acondicionado para que reciban sol, y no interactúan con los demás ireclusos. También tienen prohibidas totalmente las visitas.
