28/04/2024
12:58 AM

'Deciles, perra, que se vayan”: el testimonio que hundió a Kevin Solórzano

Tanto la esposa como el hijo de la víctima fueron presentados por el Ministerio Público como testigos protegidos al principio. La viuda aseguró que jamás cambió su versión de lo ocurrido.

Tegucigalpa, Honduras.

Por la falta de exactitud de las pruebas científicas que presentó la defensa de Kevin Solórzano para desligar al joven del crimen del exfiscal Edwin Eguigure, dos de tres jueces validaron el testimonio de María Auxiliadora Sierra. Fue este recurso que terminó de hundir al universitario condenado por asesinato e intento de homicidio.

Dos años y tres meses después, María Auxiliadora reapareció en los medios de comunicación lamentando que varias personas se han dedicado a difamarla aun cuando está pasando una situación difícil.

Descripción
”Anda gorra, trigueño claro, los ojos, esos ojos que nunca voy a olvidar, son como para abajo, gachos, nariz grande”, dijo Sierra
“Fue una campaña mediática, adonde se me denigraba. Yo solo pedía que valoraban mi prueba y nunca he dicho una mentira, jamás cambié mi versión, yo lo viví en carne propia”, expresó Sierra.

En una rueda de reconocimiento, Sierra identificó a Kevin Solórzano como la persona que le apuntó en la cabeza para acabar con su vida y posteriormente brindó su testimonio ante juez competente, lo que llevó a que un tribunal de sentencia condenara a Kevin como coautor del asesinato de Eguigure.

Días después del crimen, Sierra abandonó el país, pero regresó. Dijo que “dar la cara con una gran carga en mis hombros porque ahora soy madre y padre y me toca sobrellevar con toda la carga económica”.

El testimonio

Sierra fue identificada como testigo protegido al momento de dar su declaración horas después del asesinato de su esposo. Fue señalada en el expediente como X-1, la que reveló los detalles del crimen que hoy mantienen en prisión a Solórzano.

Más detalles
1. Identificación

“Andaba barba, pero como cuando los hombres se dejan crecer la barba”, declaró María Auxiliadora Sierra

2. Vestimenta

“Todos andaban de yines, tenis, sabía que en ese momento tenía que memorizar todo”, dijo sobre los involucrados

3. Atacente

”Un joven fornido, más claro, camisa blanca, andaba un chaleco negro, camisa manga corta”, dijo sobre el asesino de su esposo

“Los hechos ocurrieron el martes 11 de noviembre, salimos de nuestra casa faltando de 18 a 15 minutos antes de las seis de la mañana. Geovanny iba adelante con el niño pequeño, yo voy con el otro niño. Pude observar que había tres personas por donde hay unos tanques de agua y como unas graditas, allí estaban esas tres personas”, relató Sierra en uno de los extractos de su testimonio.

“Geovanny miró que los hombres se acercaron y les dijo buenos días. Yo volví a decir lo mismo. En eso miro que de los tres hombres, dos sacan pistola. Nos de ellos nos dicen ‘esto es un asalto’. Cuando nos manifiestan eso le quitan el niño pequeño de la mano a Geovanny y se lo arrebatan”, continúo la viuda.

“Uno de ellos (Kevin) se viene hacia mí y me pone la pistola “deciles perra que se vayan, deciles que se vayan, correlos, perra”, pero me está apuntando al mismo tiempo, en ese momento yo solo miré a mis dos hijos, agarré a mi niño, me lo solté y le dije “corra papi y le dije al otro corre, corre con el niño”, explica Sierra en otro apartado de su testimonio.

Fatal desenlance

Se deja constancia en el testimonio que Sierra lloró en varias ocasiones mientras relataba lo ocurrido y hacía pausas antes de llegar a contar el fatídico desenlace.

“El hombre se queda conmigo y el otro tiene a Geovanny, estoy oyendo cuando él les dice “tranquilos hermanos, no se preocupen yo les doy todo” y me dice a mí “mama, deles todo, mama, deles todo” y yo abrí la cartera les ofrecí mi reloj y el celular. En eso miro que le dicen que levante las manos, que se dé vuelta”, continúa el relato.

“Miré lo que le hicieron, el hombre se le va encima a Geovanny, tiene un cuchillo en la mano y le da el primer puñalazo en el cuello. El que me tiene a mí me sigue apuntando. No les bastó solo darle una, empezó como con ira, el hombre saca la pistola y oigo el primer tiro, miré que el gordo se quedó allí. Volteo a ver y miro que (Kevin) me tiene la pistola en la cabeza, apunta y de repente la pistola no le funcionó, se oye el segundo tiro y oigo un “hey”, del tercero que está adelante y ellos salen corriendo”, culmina una parte del testimonio de Sierra. Para los jueces fue contundente prueba para el Tribunal de Sentencia que declaró culpable a Solórzano.