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Meghan y Harry pasan agitado día en Marruecos

  • 25 febrero 2019 /

Entre tomar el té con la realeza marroquí, ir a una escuela ecuestre y visitar Rabat en calidad de turistas, los duques de Sussex han aprovechado cada minuto de su última gira antes de convertirse en padres.

Rabat, Marruecos.

Este lunes fue el último día de la estancia de los duques de Sussex en Marruecos, con una agenda muy agitada antes de volver a Londres, Inglaterra y retirarse a esperar el nacimiento de su primer hijo.

Por la mañana el príncipe Harry y su esposa, Meghan Markle, visitaron una escuela de terapia ecuestre para jóvenes discapacitados en un centro de deportes hípicos de Rabat, capital de Marruecos.

La pareja, que llegó el sábado por la noche a Marruecos, su último viaje al extranjero antes del nacimiento de su primer hijo, previsto para dentro de pocas semanas, centró su visita en la educación, la condición de la mujer y la integración social de los jóvenes.

Ambos hablaron con responsables de asociaciones y monitores especializados en los programas de desarrollo corporal basados en la relación con los caballos. En el centro real de deportes ecuestres, el duque y la duquesa de Sussex también conocieron a dos niños y una niña de doce años que estaban cuidando unos ponis.

Harry, muy aficionado a la equitación, dijo que echaba de menos a sus caballos, según tuits publicados por los que siguen la visita real.

Meghan Markle, su esposa, también habló con varias personas, entre ellas Driss, de 24 años, que tiene dificultades de elocución, Ikram, de 19 años, con síndrome de Down, y Zakaria, un joven de 20 años que logró mejorar su movilidad gracias a la terapia ecuestre.

La exactriz estadounidense, que llevaba una chaqueta color kaki y botas de equitación, seguía luciendo un tatuaje tradicional de jena que le hicieron el domingo en un pueblo de las montañas del Atlas, al sur de Marrakech.

- Como turistas en Rabat-

Este mismo lunes los futuros padres también visitaron la famosa Alcazaba de los Udayas, uno de lo lugares emblemáticos de la capital marroquí, donde recorrieron su jardín andalusí y descubrieron como turistas la artesanía del país.

A su llegada a esta fortaleza fundada en el siglo XII por los moriscos expulsados de España y considerado uno de los monumentos más antiguos de Rabat, la pareja británica fue recibida a ritmo de música 'gnawa', de indudable sabor africano.

Dentro del jardín se había organizado una pequeña demostración de las diferentes disciplinas de la artesanía marroquí, distribuidas en puestos a imitación de los barrios que los distintos oficios ocupan todavía en las medinas y los zocos de Rabat, Marrakech y Fez.

Meghan y Harry paseaban de un puesto a otro mientras escuchaban las explicaciones de los artesanos sobre su trabajo de tradición centenaria y que los singulariza dentro del mundo árabe.

Los artesanos celebraron la visita de los duques de Sussex con gestos de hospitalidad y les regalaron artículos que se llevarán como souvenirs de su estancia magrebí: un 'puff' de cuero cosido a mano, una bandeja de bronce, y unos cuadros con los nombres de la pareja escritos en caligrafía árabe.

En cada ocasión, Harry saludaba 'a la marroquí', llevándose la mano al corazón tras estrechar la de su interlocutor e inclinando levemente la cabeza, un detalle que no pasó inadvertido.

El príncipe ha mostrado durante su viaje un gran interés por las tradiciones marroquíes -como las que rodearon la ceremonia de la 'henna' de Meghan-, y no ha dejado de comer los dátiles que en cada momento le presentaban, mientras que Meghan, con su embarazo de siete meses, declinaba cortésmente cada ofrecimiento.

Los marroquíes no olvidarán estos gestos, pues en su cultura es muy apreciado el huésped que toma lo que se le ofrece, mientras que el que rehúsa, por muy educado que sea, suele ser tachado de distante.

- Té con el rey Mohamed VI -

Para cerrar su visita Harry y Meghan tomaron el te con el rey Mohamed VI de Marruecos en la residencia real de Salé.

En la ceremonia, que se desarrolló en un ambiente distendido, tomaron parte también el príncipe heredero, Mulay Hasán, y los hermanos del monarca, los príncipes Mulay Rachid, Lalla Meryem y Lalla Hasna, estas dos últimas con elegantes caftanes.

Esta ceremonia fue interpretada como un gesto y una deferencia por parte de Mohamed VI a sus ilustres huéspedes y un guiño a la ceremonia de té de media tarde, un ritual muy arraigado en la cultura británica, aunque el té que tomaron hoy fuera supuestamente a la hierbabuena, como manda la tradición marroquí.

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Durante la ceremonia, el príncipe Harry le entregó a Mohamed VI una nota escrita por su abuela, la reina Isabel II de Inglaterra.

Con esta audiencia real, los duques de Sussex dan por concluido su viaje a Marruecos que duró tres días en los que han tenido una apretada agenda de actividades entre Rabat y la localidad de Asni, en el Atlas marroquí.

Varios observadores han interpretado la visita como el deseo de Reino Unido de buscar nuevos aliados una vez que se materialice el 'brexit'.