San Pedro Sula, Honduras
La iglesia La Sagrada Familia abrió sus puertas justo al ocaso del día para acoger la ceremonia nupcial por los felices enamorados Sophie Adelle Andonie Zummar y Roberto Daniel Facussé Mena.
Completamente lleno, así estaba el recinto católico cuando el cortejo encabezado por el novio hacía el recorrido por el pasillo central enmarcado con frondosos arreglos primaverales, velas, candelabros y estructuras doradas y con vidrio.
La novia, con nervios propios del momento esperaba en el atrio de la iglesia, para hacer su entrada triunfal del brazo de su hermano Yamal y deslumbrar con su encanto y estilismo. Sophie Adelle lucía inmaculada con un diseño de puro encaje en línea sirena y escote barco creado en delicado chantillí. Era una creación que seleccionó en la famosa boutique Ever After Bridal de Miami y cuya apuesta la hizo verse como la más bella esa noche.
Al llegar hasta el altar y con mucho júbilo, hizo una salutación a sus amados tíos Taufic, George y Juan Andonie y a su abuela Lidia de Andonie, en memoria de su inolvidable padre Yamal Andonie.
Inmediatamente el padre Henry Asterio Rodríguez dio la bienvenida a la misa de esponsales Facussé Andonie donde cantos sacros y un aura de cristiandad se sentía en la atmósfera.
 Juan, Marcela, Ana, Andrea y Juan Fernando Andonie.
|
Mientras se celebraba la liturgia, la lluvia refrescaba esa noche de sábado y el clima era cómplice absoluto de la felicidad de unos 600 invitados, todos emocionados por el amor de Sophie y Roberto, sentimiento que nació hace unos siete años en sus tiempos de colegiales en la Escuela Internacional Sampedrana.
Orgullosos en primera fila estaban los apreciados Rose Mary Zummar de Andonie, Karla Mena de Facussé y Daniel Facussé Salomón, padres de los recién casados.
Las emociones. Tras una hora de misa, los novios fueron declarados como esposos ante Dios y la alegría fue desbordante. Poco a poco los asistentes se trasladaban hasta el banquete nupcial en el centro de convenciones del hotel Copantl y los novios junto a sus familiares y el cortejo se quedaban para realizar el clásico posado oficial.
Al llegar las 9:00 pm y con suaves melodías del cantante Daniel Ochoa, se ofrecía un cóctel de bienvenida para los invitados. Eso acontecía en el vestíbulo del salón, mientras en su interior, Alexandra Lockmer ultimaba el recibimiento de los convocados para que admiraran la ornamentación opulente que creó para los fastos nupciales.
El blanco glacial y el verde silvestre destacaban en las rosas y follaje. No dejó rincón sin adornos. Hasta el techo fue engalanado con un torrente de cintas de seda y rosas que transportaban a los invitados a una fantasía propia de la primavera.
 Los enamorados.
|
La celebración
Los invitados fueron de diversos países. Vinieron amigos que los novios conocieron en las universidades de Bentley, SMU, Michigan y Harvard y quienes se la pasaron de maravilla con la alegría de la gente de Tegucigalpa y San Pedro Sula que se congregó en el casamiento.
Para degustar y brindar hubo a cuales mejores platillos, licores y cócteles. Lo gurmé prevaleció y fue sensación entre los amantes del buen comer. Se brindó con tragos adornados con pétalos de rosas y hasta frutas exóticas.
Los efectos led enmarcaron de modernidad la puesta en escena y Víctor Lacayo junto al equipo de Xtreme Events creó el impacto visual y el juego de luces que fascinaron a los asistentes.
Como era de esperar, la boda Facussé Andonie duró hasta el amanecer. La música la dispuso el disyóquey Bishop e hizo que las parejas no dejaran la pista acrílica y bailaran los ritmos del momento con toda la algarabía que ameritaba la espectacular boda de los queridos Sophie y Roberto.
 Ruth, Juan Carlos y Luciana Sabillón.
|
