Washington, Estados Unidos.
La esperada boda entre Meghan Markle y el príncipe Harry no fue en todo una tradición de la casa real.
Desde el sermón del reverendo Michael Bruce Curry considerado como más animado que las ceremonias británicas habituales y desde el hecho en que la novia caminó sola a la mitad del pasillo, la pareja de los nuevos duques ha hecho que su entrada a la vida matrimonial sea memorable.
Y si hablamos del pastel, no deberíamos habernos sorprendido de que (nuevamente) rompa la tradición real.
Hecho por Claire Ptak de la panadería con sede en Londres Violet Bakery, el Duque y la Duquesa optaron por no uno sino tres pasteles para la recepción de su boda o, si lo desean, una versión deconstruida de los niveles tradicionales.
'Fue diseñado por Claire Ptak y presenta jarabe de flor de saúco hecho en la residencia de la Reina en Sandringham con árboles de saúco de la finca, así como un bizcocho ligero formulado exclusivamente para la pareja', un tweet del Kensington Palace, con una foto del pastel, leer.
También rompiendo la norma, la pareja optó por alejarse del pastel de frutas estándar, que ha sido el tradicional pastel de bodas servido en las bodas reales.
Cubierto de crema de mantequilla y cubierto con flores frescas ( que coinciden con los colgados en la Capilla de San Jorge ), el pastel se sirvió en tres platos de oro, con dos puestos de tarta de estilo de copa.
¿Los pasteles de boda deconstruidos son la próxima gran novedad? Si Meghan Markle y el Príncipe Harry tienen algo que decir al respecto, parece que la respuesta es sí.
