Mientras ningún funcionario se hace responsable por el mal estado de los semáforos, los sampedranos siguen sufriendo accidentes y exponiendo a diario sus vidas.
Las excusas sobran: que no hay dinero y que se roban las tarjetas; otros dicen que no hay respuesta a las solicitudes y hasta se quejan de la burocracia de las mismas autoridades municipales.
El malestar de los conductores es diario porque hay intersecciones donde los focos no sirven, como en la 7 calle, 2 avenida, en el barrio Guamilito.
Igualmente por toda la ciudad, los controladores de tráfico están dañados y los encargados de Tránsito reciben reportes de accidentes en los sitios.
“Acá tenemos varias semanas de observar ese semáforo malo, han ocurrido accidentes y nadie hace nada, nos cansamos de denunciar”, dice Eleazar Molina, un guardia de seguridad que trabaja en un negocio de Guamilito.
El superintendente de Transporte y Seguridad, Saúl Romero, resume su malestar y dice, al referirse a las personas que se encargan de los semáforos y que están bajo su cargo: “En estos puestos debe trabajar gente que en realidad quiera a la ciudad y especializada en el tema”.
Criticó el hecho de que el encargado de la Unidad Técnica de Transporte Urbano nunca entrega informes.
Explicó que hay 16 semáforos dañados de los 80 que existen y son necesarios unos 600 mil lempiras para que funcionen correctamente. “Tenemos conocimiento que se cambian las tarjetas y al siguiente día se las roban y ese es un problema de nunca acabar”.
El director de la Uttu, Ricardo Figueroa, dijo que él entrega informes en debido tiempo y forma, pero nunca resuelven nada. “El problema está a la vista y se piden los repuestos, pero nadie los compra”.
