“Soy madre soltera de cuatro hijos, me arriesgué a ir mojada a Estados Unidos porque no tenía trabajo, pero me fue mal porque hasta estuve secuestrada en México”, reveló Ericka Vargas, una de las 72 deportadas que llegaron ayer a San Pedro Sula.
La ciudad será ahora el único destino de los hondureños devueltos de Estados Unidos.
Vargas, pese a todos los riesgos que corrió en su camino, coincidió con las demás mujeres en que intentará regresar a suelo americano mil veces si es posible para buscar un empleo, porque en Honduras no hay oportunidades laborales.
“Si me saliera un empleo en un restaurante o cualquier otro, sí me quedaría”, añadió.
Nelsy Mejía, otra de las retornadas, le envió un mensaje al mandatario Porfirio Lobo: “Presidente, aquí estamos para que nos dé trabajo porque usted ha dicho que sí hay empleo en el país”. Mejía se quejó porque durante su estadía en Texas, Estados Unidos, nunca conoció al cónsul.
El vuelo que llegó ayer por la mañana fue inusual. Solo venían tres hombres y 72 mujeres. Por la tarde llegaron otros 135 repatriados a esta ciudad.
Solo a San Pedro
A la terminal aeroportuaria llegaba un promedio de cinco vuelos semanales los lunes, miércoles, jueves y viernes. Con la nueva disposición llegarán unos siete a la semana.
Sor Valdette Wileman, directora del Camr (Centro de Atención al Migrante Retornado), indicó que las deportaciones han aumentado y que este año van 23,609 personas devueltas; de estas, 32 han regresado mutiladas por pasar el famoso tren llamado la Bestia.
“Del total de deportados, el 80% son hombres y 20%, mujeres”.
Anunció: “El Departamento de Migración y Deportación de la embajada de Estados Unidos le envió una nota al general Cervantes indicando que desde esta semana no enviarían aviones con repatriados a Tegucigalpa”.
Wileman aseguró que están trabajando normalmente. “Lo único que cambió fue el desvío de los vuelos a San Pedro Sula”.
Sobre el motivo, dijo que casi no saben el porqué de esa decisión. “Creo que fue porque el 20 de agosto un vuelo de deportados no pudo aterrizar en Tegucigalpa”. Descartó que sea por el proyecto de construir un aeropuerto en Comayagua. “No vamos a cerrar la oficina”, agregó Wileman.
A la semana se atendían en Tegucigalpa unos tres vuelos y se desviarían a San Pedro Sula, recibiendo unos siete.
La directora del Camr aseguró que seguirán garantizando la alimentación y el transporte de los migrantes retornados para que se desplacen en bus a sus lugares de origen.
Algunos que manejan el inglés y han estado varios años en Estados Unidos son ubicados en empresas de call centers de Altia, con quienes Camr firmó este año una alianza estratégica.
Ricardo álvarez, aspirante presidencial nacionalista, durante su visita ayer a San Pedro Sula le solicitó al gobierno de Barack Obama que pare las deportaciones de hondureños. “No quiero que aterricen aviones con deportados catrachos en el Toncontín ni en La Mesa, que hagan la reforma migratoria para que los hondureños trabajen en aquel país”.
Llegan en estado depresivo
Jacinto Hernández, psicólogo del Camr, dijo que la mayoría de deportados llegan en estado depresivo y a veces hay casos de violaciones; “nos preocupa que más catrachos regresan con tuberculosis y VIH”, indicó.
