Hoy, la depresión y la ansiedad entre adolescentes no solo es mucho más frecuente, sino más severa, con mayor sintomatología y riesgo suicida, advierten psicólogos y terapeutas, quienes han visto un incremento en casos entre niños y jóvenes.
Especialistas concuerdan en que entre un 10% y 20% de la población infantil y joven, son afectados por estas enfermedades mentales, la mayoría provocadas por problemas en el núcleo familiar, muerte de un amigo, fractura de vínculos sentimentales, acoso prolongado o dificultades académicas y en algunos casos, hasta por violencia sexual o física.
Por este motivo, expertos insisten en la importancia de un diagnóstico precoz que permita instaurar cuanto antes el tratamiento más eficaz, con el fin de mejorar la calidad de vida de los jóvenes pacientes y, sobre todo, para evitar que estas patologías puedan volverse crónicas y continuar durante la edad adulta.
Jesús García, pediatra y psicólogo, dijo que los síntomas que presenta el niño que sufre alguno de estos trastornos varían significativamente dependiendo de su propio carácter, su desarrollo cognoscitivo y emocional, la influencia de su entorno y, por supuesto, su herencia genética.
Detalló que es frecuente que manifieste síntomas físicos como dolores de cabeza o abdominales, sensación de ahogo, palpitaciones, náuseas o vómitos, temblores; y también síntomas psicológicos como angustia, preocupación injustificada, miedo, problemas para mantener la atención o falta de concentración.
Agregó que si los padres notan alguno de estos signos, sería importante visitar un psicólogo.
