La construcción del hospital de traumas sampedrano iniciará a principios de abril con una inversión que ronda los mil millones de lempiras y estaría listo en 24 meses.
Así lo dio a conocer Karla Paredes Reyes, ministra de la Secretaría de Salud (Sesal), quien ayer tuvo una reunión con autoridades del hospital Mario Catarino Rivas para conocer los proyectos planteados, las necesidades urgentes y las soluciones alcanzadas en la actual gestión.
La funcionaria recalcó que son ocho hospitales que se erigirán: tres de estos con fondos nacionales, que son el de Santa Bárbara, Ocotepeque y el de Salamá, Olancho (los tres ya están en construcción). Detalló que otros dos son los hospitales de trauma, uno en Tegucigalpa y otro en el predio del Mario Catarino Rivas.
Estos dos se van a construir con fondos del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y su proceso se encuentra en licitación internacional, la que finaliza el 29 de febrero, y en marzo se espera su asignación, por lo que las obras comenzarán a finales de marzo o principios de abril, arguyó.
Las obras en los hospitales de trauma finalizarán en enero de 2026, o sea, en unos 23 meses; sin embargo, advirtió que sí una empresa realiza un estudio, y se verá la posibilidad de reducir el tiempo para diciembre de 2025.
El costo de los hospitales de las dos principales ciudades del país se acerca a los 2,200 millones porque incluye el equipamiento, y de ahí se desglosan un poco menos de mil millones para el de la Capital Industrial. “El de Tegucigalpa es un poco más grande y es un poco más caro. Incluye equipo y seis meses de recurso humano, contrataciones que absorbe la Sesal inmediatamente después”, comentó.
“La presidenta no es de colocar primeras piedras, sino entregar llaves de obras finalizadas. En los próximos meses verán llegar la maquinaria”, comentó.
El búnker oncológico también inicia obras aproximadamente en junio y la Agencia Internacional de Energía Atómica ha donado el acelerador que se utilizará en la estructura.
Agregó que están desarrollando una estrategia para utilizar algunos recursos que son parte del abandonado hospital móvil porque legalmente el caso ya está cerrado (hubo una investigación).
