San Pedro Sula, Honduras.
En una tabla de salvación para sus aflicciones han convertido los vecinos del conflictivo sector Rivera Hernández al dispensario Padre Claret, que ahora dispone de interiores climatizados y ambientados con música suave.
A diario llegaban al dispensario personas estresadas, llorando y con ataques de histeria por factores relacionados con la violencia. Más que medicamentos, lo que necesitan es ser escuchados.
Esa situación llevó a la parroquia Inmaculado Corazón de María a ofrecer servicios de musicoterapia que ya están beneficiando a los pobladores, según la administradora del dispensario, Carolina Henríquez.
La administradora dice que el Padre Claret es una ayuda solidaria de la parroquia para todos los pobladores de la Rivera Hernández.
El dispensario da a la población más pobre del sector consulta externa de medicina general, servicios de laboratorio, enfermería y odontología.
La finalidad es ofrecer un servicio de salud a los pobladores de las colonias y de sus alrededores que viven muy alejados de los principales centros de asistencia pública y por sus condiciones no tienen capacidad económica para cubrir todos los gastos de sus atenciones.
Según los estudios de la parroquia, las principales deficiencias de los servicios públicos de salud son la discontinuidad en la atención primaria, la escasez de medicamentos y la ausencia de especialistas para una población muy importante que ronda las 100,000 personas.
Una buena cantidad de esos habitantes vive con problemas de estrés y agotamiento que necesitan ayuda urgente.
“Han venido personas afectadas por situaciones que tienen que ver con violencia, maltrato familiar, problemas entre parejas y casos extremos de personas que se quieren quitar la vida”.
Gracias a las terapias se ha logrado evitar que estos casos se agraven. Para ampliar sus servicios médicos, el dispensario necesita que sea reconocido como centro de prácticas para médicos y odontólogos.
Entre las solicitudes de colaboración también está la realización de brigadas periódicas de pediatría, ginecología y dermatología. Además piden formadores para las sesiones de capacitación de las agentes comunitarias de salud.
La parroquia quisiera que se incluyera al dispensario en la red de centros médicos para el suministro gratuito y periódico de medicamentos.
El padre Porfirio Ruiz, quien está a cargo del proyecto, menciona que se busca hacer el dispensario autosostenible y con suficientes medicamentos.
En una tabla de salvación para sus aflicciones han convertido los vecinos del conflictivo sector Rivera Hernández al dispensario Padre Claret, que ahora dispone de interiores climatizados y ambientados con música suave.
A diario llegaban al dispensario personas estresadas, llorando y con ataques de histeria por factores relacionados con la violencia. Más que medicamentos, lo que necesitan es ser escuchados.
Esa situación llevó a la parroquia Inmaculado Corazón de María a ofrecer servicios de musicoterapia que ya están beneficiando a los pobladores, según la administradora del dispensario, Carolina Henríquez.
La administradora dice que el Padre Claret es una ayuda solidaria de la parroquia para todos los pobladores de la Rivera Hernández.
El dispensario da a la población más pobre del sector consulta externa de medicina general, servicios de laboratorio, enfermería y odontología.
La finalidad es ofrecer un servicio de salud a los pobladores de las colonias y de sus alrededores que viven muy alejados de los principales centros de asistencia pública y por sus condiciones no tienen capacidad económica para cubrir todos los gastos de sus atenciones.
Según los estudios de la parroquia, las principales deficiencias de los servicios públicos de salud son la discontinuidad en la atención primaria, la escasez de medicamentos y la ausencia de especialistas para una población muy importante que ronda las 100,000 personas.
Una buena cantidad de esos habitantes vive con problemas de estrés y agotamiento que necesitan ayuda urgente.
“Han venido personas afectadas por situaciones que tienen que ver con violencia, maltrato familiar, problemas entre parejas y casos extremos de personas que se quieren quitar la vida”.
Gracias a las terapias se ha logrado evitar que estos casos se agraven. Para ampliar sus servicios médicos, el dispensario necesita que sea reconocido como centro de prácticas para médicos y odontólogos.
Entre las solicitudes de colaboración también está la realización de brigadas periódicas de pediatría, ginecología y dermatología. Además piden formadores para las sesiones de capacitación de las agentes comunitarias de salud.
La parroquia quisiera que se incluyera al dispensario en la red de centros médicos para el suministro gratuito y periódico de medicamentos.
El padre Porfirio Ruiz, quien está a cargo del proyecto, menciona que se busca hacer el dispensario autosostenible y con suficientes medicamentos.
