Honduras: a amas de casa las están matando sus parejas y los ex

Enemistades personales y problemas pasionales figuran entre la mayoría de motivos de muerte. A la mayoría las asesinan con armas de fuego, cuchillo y en la vía pública.

Foto: LA PRENSA

Expertos en criminología coinciden que muchas de las víctimas amas de casa, que aparecen consignadas en las cifras oficiales, también se dedicaban a actividades como la venta de droga y extorsión.

dom 31 de marzo de 2024

12 min. de lectura

San Pedro Sula, Honduras.

Las leyes existen, pero ¿dónde está la justicia? La prevalencia de casos aún en investigación subraya desafíos en el sistema judicial y la necesidad de mejorar la capacidad de resolución, puesto que casi todos los expedientes que remitió la Policía al Ministerio Público (MP) aún no concluyen su causa.

Los análisis arrojaron que más de 2,000 de todos los casos permanecen bajo la categoría de “en investigación”, se trata de expedientes en cuyas pesquisas no se ha podido avanzar para su esclarecimiento o que se fueron acumulando en el tiempo como parte del ingreso de más casos.

Entretanto, LA PRENSA Premium analizó las causas por las que mujeres están siendo asesinadas.

En primer lugar figuran enemistades (931), se trata de una relevancia de conflictos personales como un desencadenante significativo de estos homicidios, sumado a problemas pasionales (421) como una fuente de violencia y la rivalidad entre maras, pandillas y crimen organizado (287) por pleitos de plazas o movimiento de mercancía ilegal.

Otros contextos de riesgo como la extorsión asociada a la influencia de grupos criminales organizados, violencia doméstica e intrafamiliar, aunque las cifras son relativamente bajas en comparación con otras categorías, su sola presencia entre los principales móviles señala la persistencia de problemas de género dentro del ámbito familiar y la necesidad de políticas y programas específicos para abordar la violencia y el peligro externo más allá de los límites del hogar.

Dentro y fuera del hogar

La distribución ocupacional de las víctimas proporciona información sobre su contexto socio-económico. Por ejemplo, amas de casa, quienes desempeñan roles domésticos, parecen haber sido el indicador más vulnerable.

Por otro lado, un número importante de casos están registrados como “sin dato”, lo que denota una falta de información sobre la ocupación de muchas víctimas. Otras ocupaciones comunes y oficios incluyeron a comerciantes, estudiantes, maestros, enfermeros y abogados. También, una variedad de perfiles específicos representadas en las cifras, como médicos, ingenieros, agricultores, policías y otros.

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Investigadoras de la Unidad de Femicidios de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) en San Pedro Sula, entrevistadas por este medio de comunicación, y que pidieron omitir su identidad, compartieron que muchas de las circunstancias en las que se encontraron las víctimas son similares.

Adultas fueron la mayoría de víctimas de la violencia, superando ampliamente a jóvenes y niñas, que también forman parte de la espiral de violencia en el país.

Se reportaron ataques con armas de fuego de distintos calibres, armas blancas, principalmente cuchillos, así como casos de asfixia y estrangulamiento.

Desde este departamento se estima que el porcentaje de víctimas involucradas en crimen organizado y aquellas atacadas por sus cercanos es bastante equilibrado. Unas fueron localizadas con indicios de ensañamiento y con signos de violación previa.

$!De todos los casos que ingresan a la Policía por muertes de mujeres, más de la mitad permanecen sin esclarecerse o en condición de abiertos.

Por ejemplo, en sus archivos están un saldo de 28 casos ingresados a nivel de la región de Cortés durante este año. De estos, apenas seis han sido resueltos y 22 siguen bajo investigación.

Las agentes señalaron que, aunque se ha mejorado la logística en los últimos meses, este ha sido uno de los principales obstáculos por años para construir y concluir los casos, además del insuficiente recurso humano capacitado, la falta de cultura de denuncia y la escasa colaboración de los testigos.

Aplicación de ley

A lo largo de los últimos años, se ha evidenciado una tendencia al alza en el número de detenidos por casos relacionados con la muerte de mujeres, abarcando el período desde 2018 hasta 2023, con 630 procesados; sin embargo, esta tendencia, aunque notable, no ha sido suficiente para abordar la totalidad de los casos registrados. En el transcurso del presente año, por ejemplo, únicamente se han capturado dos sospechosos. De todos los individuos arrestados por las autoridades policiales, se destaca que 35 mujeres estaban involucradas en casos de homicidio contra sus semejantes.

Según datos oficiales, entre los detenidos por delitos relacionados con muertes de mujeres se encontraban personas con diversos perfiles ocupacionales, tales como jornaleros, labradores, agricultores y comerciantes.

Analizando las estadísticas desde 2018 hasta principios de 2024, se observó que el delito prevalente entre los cientos de capturados fue el asesinato, seguido del femicidio, homicidio, tentativa de homicidio en combinación con homicidio, y parricidio. Esta información resalta la complejidad y gravedad de la situación, así como la necesidad de medidas efectivas para abordar esta problemática de manera integral.

Entre los años 2015 y 2024 se identificó que en 207 eventos reportados por la Policía había conexión directa entre las víctimas mujeres y sus victimarios. De estos incidentes, en 118 casos el perpetrador fue la pareja actual, en 36 casos fue su expareja, y en menor medida se encontraron implicados hijos, madres, novios, primos, yernos, padres, nietos, padrastros, madrastras, concubinos y nueras.

Este hallazgo estadístico pone de relieve la diversidad de relaciones que están involucradas en casos de violencia contra la mujer. Los agresores, que mantenían un vínculo directo con las víctimas, perpetraron sus actos violentos en respuesta a situaciones derivadas de problemas pasionales, violencia doméstica e intrafamiliar, e incluso conflictos por la posesión de terrenos.

Autoridades del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah) son del criterio que factores como la pobreza, la desintegración familiar, el patriarcado, la corrupción y la impunidad siguen siendo las principales causas de violencia de género que impacta en el país.