”Estoy toda perforada del cuerpo y me retuerzo del dolor”: hondureña con cáncer de cérvix

Cinthia Contreras radica en la aldea Devis, en los bajos de Choloma. En marzo de 2022 le diagnosticaron cáncer de cérvix, pero en su familia halla fortaleza.

Foto: Franklin Muñoz / LA PRENSA

Cinthia es Bachiller en Informática y tiene dos hijos, uno de ellos ya adolescente y una niña de siete años.

lun 31 de julio de 2023

San Pedro Sula, Honduras.

Buscó a un ginecólogo para realizarse una citología producto de un sangrado inusual que se le presentó y encendió las alarmas, pero en lugar de eso, y para su gran sorpresa, se le ordenó practicarse una biopsia, cuyo resultado después de 15 días fue: positiva de cáncer de cérvix en etapa III.

Cinthia Contreras (31), quien vive junto a su familia en la aldea Davis, en los bajos del municipio de Choloma, fue sorprendida con este diagnóstico en marzo del año 2022. Desde ese momento, la crueldad de la enfermedad llenó su existencia y se sumergió en un mundo de quimioterapias, 15 a la fecha, y 35 radioterapias, parte de ellas realizadas a través del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) y la mayoría en hospital público.

Las fotografías de su pasado reflejando sonrisas y momentos felices son un tesoro que guarda en álbumes digitales de su celular y redes sociales, contrastando con su actualidad. El cáncer ha dejado una huella profunda en su cuerpo y espíritu, robándole la tranquilidad y llenando sus días de dolor e incertidumbre.Con valentía, Cinthia dejó su trabajo como supervisora en una compañía del valle de Sula para enfocarse en sobrevivir.

$!Cinthia en compañía de su madre, quien se trasladó hasta su Choloma para ayudar a su hija en la atención y cuidados médicos.

“Cuando supe la noticia sentí que el mundo me caía encima porque tengo dos hijos y pensaba que los dejaría solos. Después de llevar una vida tranquila ahora me toca estar encerrada por la misma enfermedad, paso mucho acostada y me cuesta caminar, siento que estoy toda perforada del cuerpo”, relató en entrevista mientras lagrimeaba y sostenía con su mano izquierda una sonda conectada a su cuerpo.

La enfermedad llegó justo cuando Cinthia estaba construyendo el sueño de su madre, una casa para brindarle un hogar seguro y cálido, pero el destino tenía otros planes. “Uno solo piensa en trabajar y nunca atiende su salud, ahora mis hijos se ponen tristes y lloran cuando me miran retorciéndome del dolor”, compartió Cinthia, intentando ocultar su sufrimiento para proteger el corazón de sus pequeños Sofía Valentina y Dani Javier.

$!Su hija Sofía Valentina, con su rostro angelical y tierna voz externó su miedo a perderla. “Me pongo triste porque la miro así”, recordó le pequeña.

“Ahora solo me resta sobrevivir hasta que Dios lo permita”, reflexionó la joven entre sollozos. Su madre María Elena Guerra (56) se convirtió en su roca y dejó todo atrás en Atlántida para cuidar a su hija durante este agotador episodio.

“Estamos apoyándola, a veces se queda como queriéndose ahogar, pero le pedimos a Dios que nos dé fortaleza para lo que se venga”, dijo mientras gotas de dolor e impotencia surcaban su rostro arrugado.

$!Cinthia cuenta con el respaldo de toda su familia. En la aldea Davis se ha organizado un grupo de mujeres para realizar actividades y ayudarla para que pueda costear sus tratamientos.

Cinthia no se rinde, lucha con cada fibra de su ser, sosteniendo la esperanza y enfrentando cada obstáculo con valor. Vivir con cáncer es un trabajo arduo, pero en su mirada se refleja la determinación de una guerrera dispuesta a sobrevivir hasta donde sus fuerzas lo permitan.

Detrás de estas lágrimas se esconde una historia de fuerza, amor y esperanza. Cinthia y su familia inspiran a todos aquellos que luchan en silencio contra esta cruel enfermedad. Son un recordatorio poderoso que la vida es frágil, pero la determinación humana puede romper cualquier barrera, enfrentar desafíos y superar adversidades.

Incondicional

En la pequeña Davis se han reportado al menos tres muertes y siete casos de cáncer, incluyendo el de Cinthia, algo nunca antes visto en la comunidad.

El viejo proverbio que “es en tiempos de adversidad cuando se conoce a los verdaderos amigos” se hizo realidad. Las historias de Cinthia y del resto de afectados resonó en los corazones de muchos, inspirando un gesto de solidaridad. Familias, amigos, conocidos y desconocidos se han unido por un propósito. Han organizado eventos, recaudado fondos y difundido los casos para conectar corazones generosos.

$!Cinthia compartió con LA PRENSA Premium una imagen que almacena en su celular y es un espejo de cómo era antes de saber del diagnóstico.