Techos dañados, colchones rotos y falta de equipo en el Mario Mendoza

El hospital psiquiátrico Mario Mendoza, enfrenta serios problemas de infraestructura que comprometen la seguridad y el bienestar de sus pacientes y personal

Foto: Foto: Andro Rodríguez/La Prensa

La mala infraestructura del centro hospitalario amenaza la atención de los pacientes.

jue 15 de febrero de 2024

3 min. de lectura

TEGUCIGALPA, HONDURAS. - A primera vista, el hospital psiquiátrico Mario Mendoza se ve como un edificio imponente, bien organizado y en condiciones aceptables, sin embargo, cruzar sus puertas revela un frío escenario de negligencia y abandono que contrasta drásticamente con su imagen exterior.

Un equipo periodístico de LA PRENSA Premium se adentró en el centro hospitalario de salud mental, donde descubrió alarmantes deficiencias en la infraestructura, que pone en entredicho su capacidad para proporcionar cuidados adecuados.

La falta de mantenimiento es evidente, especialmente en las áreas destinadas a los pacientes que requieren internamiento, las salas de terapia ocupacional y la cocina. Además, no se cuenta con equipo especializado para garantizar la salud de los pacientes internos.

Mario Rojas, presidente del sindicato de empleados de hospitales psiquiátricos, expresó que “ya no hay para dónde ampliar el hospital, las salas son un desastre, el maquillaje es enfrente, pero realmente está abandonado. Sinceramente, no hay dónde moverse y no se puede ampliar porque la infraestructura donde está es muy débil”, expresó.

”Lo recomendable sería construir un hospital más amplio para tratar más pacientes, igual que no corran el peligro de que un día de estos vaya haber ahí un desastre por la infraestructura que es malísima, pero malísima”, agregó.

" “Mejorar nuestras instalaciones sanitarias es más que una tarea administrativa; es una promesa de cuidado y seguridad” "

La presidenta Xiomara Castro anunció que la salud mental durante su gestión sería priorizada, especialmente por el aumento o agudización de pacientes con enfermedades mentales tras la pandemia de covid-19.

”Se ha presupuestado el 1.75% del presupuesto de salud para servicios de salud mental, y de este, el 88% es para los 3 hospitales psiquiátricos, y el 12% para el resto de los servicios de salud mental”, menciona en su plan de gobierno.

Es decir, que de los 26,638,801, 518 millones de lempiras asignados a la Secretaría de Salud en 2023, un total de 466,179,026.565 millones fueron divididos entre los tres hospitales psiquiátricos (Mario Mendoza, Santa Rosita, en Tegucigalpa y el San Juan de Dios en San Pedro Sula).

En el caso del hospital Mario Mendoza, se le asignó un presupuesto inicial de 150,180,550.00 millones de lempiras, que posteriormente se ajustó a 153,685,830.00 millones de lempiras, según datos publicados en la plataforma de la Secretaría de Finanzas.

De acuerdo con fuentes confiables, para el año 2024, las autoridades del centro hospitalario solicitaron una ampliación presupuestaria de al menos 15 millones de lempiras adicionales para atender las necesidades emergentes.

$!La fachada de hospital psiquiátrico luce impecable, pero a lo interno el centro sufre varias falencias.

Deterioro

Al ingresar a las áreas de internamiento para hombres y mujeres, la cocina y la sala de terapia ocupacional, lo más notorio fueron las grandes aberturas que tiene techo, el cual amenaza con desplomarse en cualquier momento sobre colaboradores y pacientes.

En las salas de internamiento de hombres funcionan apenas dos de los tres inodoros existentes para más de 40 pacientes. Además, no tienen tapaderas ni puertas.

Las camas, en vez de representar un lugar de reposo, se convierten en mudos testigos de la negligencia que impera en el lugar. Su estructura oxidada y sus colchones partidos a la mitad, lejos están de ofrecer confort y seguridad que requieren los pacientes.

$!Un enfermero mostrando los colchones viejos y rotos de una camilla en la sala de internamiento de hombres.

Sin embargo, una enorme cubierta de cuero negro impide que esa falencia se note a simple vista. “¿Cómo se puede sanar la mente en un entorno tan precario?”, se preguntó la periodista de LA PRENSA Premium mientras caminaba por las diferentes salas hospitalarias.

Este medio también observó que las paredes del interior del centro hospitalario, además de viejas y sucias, su pintura blanca está desprendida y pequeños fragmentos caen todos los días al suelo para luego ser barridos por el personal de limpieza en un esfuerzo constante por mantener una mínima apariencia de orden.

En el hospital tampoco hay un área especial para evitar que los pacientes se hagan daño, por lo que cuando toman su medicamento, la técnica utilizada por el personal médico es amarrarlos a las viejas camas. Las ventanas son de celosías, y las puertas de madera y metal, más que salas de un centro psiquiátrico, parecen celdas.

$!El agua se filtra por las aberturas del techo, dañando las salas de atención.

Falta de recursos y equipo

En la cocina todo se ve impecable, la comida muy saludable, hasta exquisita, pero bastó dar unos pasos para notar una enorme acumulación de agua estancada en medio del área. “Precisamente ese es uno de los problemas más grandes que tenemos aquí en el área de alimentos”, admitió con desazón el jefe de área.

La ausencia de lluvias evidencia que el origen del agua no proviene del exterior, sino de una infraestructura que falla sistemáticamente. A pesar de los esfuerzos diarios por secar la zona, el problema persiste, informaron los colaboradores.

La penúltima sala visitada fue terapia ocupacional, destinada a facilitar la rehabilitación y el bienestar emocional de los pacientes a través de actividades artísticas. El ambiente transmite una sensación de alegría y creatividad, pero es evidente la escasez de materiales para realizar las intervenciones terapéuticas de manera efectiva.

En numerosas ocasiones, son las enfermeras quienes, ante la ausencia de recursos institucionales, aportan dinero de su propio bolsillo para garantizar la realización de las actividades.

Cada sala visitada por este medio de comunicación gritaba auxilio en silencio. La última fue el gimnasio, donde apenas hay unas dos bicicletas, una máquina de abdominales y una caminadora que utiliza una cajilla de refrescos como soporte.

$!Las cocineras del hospital preparan los alimentos en medio de una acumulación de agua filtrada.

Proyectos

Mario Aguilar, director del hospital psiquiátrico Mario Mendoza explicó que el predio donde está construido el hospital es del PANI (Patronato Nacional de la Infancia), por lo que para reforzar la infraestructura es necesaria el traslado a la Secretaría de Salud y del propio hospital psiquiátrico.

”Aunque no parezca importante, sí lo es porque eso nos permite tramitar muchas gestiones como donaciones, apoyo e inversión. La gente no va a invertir en lugares que no tienen infraestructura legal o de propiedad definida. Es una cuestión administrativa que esperamos lograr este 2024”, expresó.

El doctor reconoció el crítico panorama y explicó que las necesidades ya han sido planteadas a la Sesal. “Hay que hacer remoción y renovación de techos, también la parte hidrosanitaria y algunas mejoras en el área eléctrica, preparándonos para la propia planta eléctrica también. La otra parte es un área de mejora en el parque del centro”, mencionó.

Además de la infraestructura, el director del centro consideró necesario dar el gran paso al mundo informático, un proyecto que pretenden ejecutar para facilitar las citas, recetas y atención a los pacientes.

$!Techos dañados, colchones rotos y falta de equipo en el Mario Mendoza
“Hay que hacer remoción y renovación de techos, también en el área hidrosanitaria y eléctrica”

”La parte informática es un proyecto grande que estamos queriendo asumir para que las personas que vengan después de nosotros a este hospital continúen con este proyecto porque sabemos que no se va a hacer en dos o tres meses, sino que va a tomar un tiempo”, apuntó.

En entrevista con LA PRENSA Premium, la nueva ministra de Salud, Carla Paredes, lamentó la situación y dijo que además de proporcionar atención de calidad, su misión es brindar mantenimiento y mejora continua de las estructuras sanitarias.

”Asumiré desafíos que vienen del pasado, donde el mantenimiento preventivo y correctivo no se ha gestionado con la diligencia necesaria, teniendo impacto en la calidad de la atención que podemos ofrecer a nuestros pacientes y es algo que no podemos permitir que continúe”, aseveró.

La funcionaria señaló que este 2024, cada director de hospital tiene el deber de asegurar que sus instalaciones funcionen correctamente, que sea un refugio seguro y eficiente para la curación. “Mejorar nuestras instalaciones sanitarias es más que una tarea administrativa; es una promesa de cuidado y seguridad para nuestros ciudadanos”, finalizó.

" “Las salas son un desastre, el maquillaje es enfrente, pero realmente está abandonado” "