Se disparan las denuncias en la Fiscalía por acoso laboral

San Pedro Sula, Honduras.

La mediática denuncia de Estéfany Núñez, una empleada del Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (Sanaa) a inicios de enero de este año contra el entonces gerente de esa institución, Leonel Gómez (separado del cargo tras los señalamientos) solo es uno de los más de 400 casos de acoso y hostigamiento laboral recibidos en el Ministerio Público desde hace más de seis años en todo el país.

Solo durante el 2022, año cuando repuntaron, hubo 229 denuncias en la Fiscalía por parte de personas que argumentaron ser acosadas en su trabajo, de estas, 121 fueron hombres, 255 mujeres y de 34 hechos no se consignó el sexo.

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Estadísticas exploradas por la PRENSA Premium indicaron también que 225 denuncias se llevaron a cabo contra hombres y 155 se asociaron con mujeres, del resto no se detalló el dato.

Las cifras del Ministerio Público no especifican a qué se dedicaban la mayoría de los señalados de acoso, que ascendió a 353 hasta el año 2022, pero sí destacaron que entre los principales denunciados había abogados, médicos, gerentes y profesionales de licenciatura. Tampoco se dio a conocer el oficio de la mayor parte de víctimas, pero sí figuraron múltiples abogados, licenciadas, bachilleres y médicos.

El recuento de hechos refiere que fue en los departamentos de Francisco Morazán, Cortés y Atlántida donde se presentaron más incidencias de este tipo, siendo el Distrito Central, San Pedro Sula y La Ceiba, las regiones donde más casos recibieron los fiscales.

Casi todas las denuncias describen que hubo un acoso laboral vertical, es decir, las víctimas señalaron a personas que estaban en un cargo superior a ellas y otro porcentaje se relacionó con afectados por compañeros de su mismo nivel jerárquico. Entre las alegaciones de las víctimas resultaron: tratos, explotación por carga de trabajo y jornadas largas, incluso insinuaciones que iban más allá de los límites en el marco de sus funciones laborales.

¿Quiénes deben atender estas situaciones? La Secretaría de Trabajo está llamada a colaborar con inspectorías por denuncias de hostigamiento laboral, pero el Código Penal indica que los casos que conllevan indicios de acoso laboral vertical ya se salen de su competencia y los evacúa el Ministerio Público; sin embargo, pese al número de denuncias interpuestas por este delito, el Ministerio Público únicamente emitió un requerimiento fiscal y fue el 31 de marzo de 2022 contra un hombre acusado de acoso laboral frente a una dama. El hecho se produjo en una zona del Distrito Central sin especificar.

Ante la inexistente o lenta efectividad del ente acusador del Estado, el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh) se convierte en una segunda opción para las víctimas de acoso laboral.

El organismo notificó a este medio que entre 2015 y 2022 recibieron 380 quejas por persecución en centros de trabajo.

María José Gálvez, coordinadora de Defensorías del Conadeh, manifestó que “normalmente los afectados acuden a la institución cuando los entes pertinentes no dan respuesta a su denuncia. Trabajamos para agilizar el procedimiento que se debe llevar, solicitamos el expediente a las entidades encargadas del caso y solicitamos por escrito que nos comuniquen cuáles son los avances”.

La profesional del Derecho lamentó que el acoso laboral sea un tema invisibilizado, pues aunque suele ocurrir, las víctimas llegan a alguna conciliación sobre todo por miedo a perder su trabajo.

El acoso en las empresas públicas y privadas es el “pan de cada día” entre hombres que aprovechan su poder contra mujeres, así lo aseguró Rafael Murillo, abogado con más de 40 años de experiencia en el ámbito laboral.

Ejemplificó que los espacios donde ejercen médicos, abogados y gerentes son propicios para cometer acoso laboral, ya que existe una amplia convivencia, más que con su familia o parejas; como es el caso con doctoras, enfermeras, secretarias y empleados en general que trabajan largas jornadas.

“Lo que recomiendo siempre es que los patronos realicen una investigación privada, porque si el caso llega a la Fiscalía, no solo indagará al denunciado, también la responsabilidad de la empresa. Lo ideal es que a nivel interno hagan audiencia de descargo y apliquen la medida disciplinaria correspondiente”, dijo.

El laboralista afirmó que el acoso más dañino y frecuente en la realidad es el de jefe-empleado, donde el 95% de las víctimas son mujeres. Mientras tanto, organizaciones defensoras de la mujer coinciden, en cuanto al perfil del acosador, que se trata mayoritariamente de hombres casi siempre superiores jerárquicos, compañeros y clientes, que pueden pertenecer a cualquier estatus social, oficio, edad o categoría profesional. Indicaron que la decisión de no denunciar o esperar que el acosador se canse, se desprende del miedo a represalias, a perder el empleo, a que no les crean o que su situación trascienda y se convierta en objeto de habladurías.

La ausencia de protocolos de actuación y formación en igualdad de los trabajadores en las empresas puede explicar también estas reticencias. La Organización Internacional del Trabajo (OIT), organismo especializado de las Naciones Unidas sobre asuntos relativos al ámbito laboral, publicó en diciembre del año 2022 un sondeo de opinión que revelaba que más de la quinta parte de los trabajadores en el planeta (743 millones, o el 22.8% del total) sufría de acoso laboral.

La agencia detalló, además, que de las tres maneras de acoso que existen en los centros de trabajo alrededor del mundo: psicológico, físico y sexual, la más común es la primera.

Entretanto, expertos en la materia en Honduras que fueron consultados, coincidieron que nuestro país es uno de los tantos lugares, citados indirectamente por la OIT, donde el daño psicológico en las empresas es el de mayor incidencia, siendo el más habitual el de tipo vertical; es decir, entre jefe y empleado. Se reconoce que situaciones de esta índole a nivel privado son difíciles de regular por las instituciones competentes, no así en las empresas estatales.