El amor entre pareja debe disfrutarse al máximo y que mejor oportunidad que demostrarlo en la intimidad.
Si eres una de las mujeres que tienes dudas si estas complaciendo a tu pareja, toma en cuenta estos errores que no debes cometer.
A considerar
Carecer de iniciativa: También puedes iniciar tú el jugueteo previo al sexo, te aseguramos que le encantará. Propón una cita romántica, separa un tiempo para engreírse mutuamente y haz que la rutina no apague la llama del amor.
Morder zonas demasiado sensibles: Sí, hablamos de sus genitales. Recuerda que tu chico es de carne y hueso y no todos tienen el mismo umbral del dolor. Mide sus límites. Máximo puedes dar algunos mordisquitos, pero midiéndote mucho. La misma regla se aplica a sus testículos. Probablemente disfrute que los acaricies, pero con delicadeza.
No utilizar tus músculos pélvicos. Para algo están; utilízalos. El contraer y relajar constantemente tus músculos vaginales durante la intimidad no solo incrementará su sensación de placer, sino también la tuya y aunque no lo creas facilitará que alcances el orgasmo. ¿Te es difícil hacerlo? Ejercita tu zona vaginal con los famosos ejercicios Kegel de vez en cuando.
Falta de aseo y detalles (lencería linda, velas y romanticismo). Es un error imperdonable no prestar atención a tu cuidado personal e higiene. Con pequeños detalles puedes hacer que él se sienta aún más especial.
Hablar mucho todo el tiempo, sobre todo en el momento de la acción. Recuerda que te puedes comunicar con gestos, acciones y no solamente con palabras.
Esperar que él lo haga todo: El sexo es cuestión de dos. No solo te quedes echada esperando que él se haga cargo de la situación. Cuando el sexo se convierte en un juego de poderes es de lo más divertido. Elige la próxima posición sexual, enséñale lo que te gusta y cómo te gusta. ¡Sé protagonista de la acción!
Tener una actitud termo, es decir, prometerle cosas candentes que luego no cumplirás.
Fingir orgasmos o ser muy escandalosa: él sabrá si mientes y tus vecinos no tienen por qué enterarse de sus encuentros amorosos.
Tratar el sexo o la falta de él como premio o castigo: se trata de un momento íntimo, no de una moneda de intercambio.
