Carlos, empleado.
¡Hooola!, buenos días, Carlos. Gracias por tu felicitación. Me hiciste bolas, ¿era tan difícil decir que tu concuña quiere acostarse contigo? Tuviste un parentesco político con ella. Y el rollo no son tus hijas, sino todo el enredo familiar, ya que ella está casada, del verbo presente. ¿Has perdido de vista eso? Y la señora puede querer dar misa, pero ¿tú que quieres?, ¿acaso crees que esta será la única mujer que podrás conseguir en los años que te quedan de vida? Yo sé que no, yo sé que existen muchas más mujeres con las cuales podrías organizarte una relación casual o de lo que quieras, ¡pero que no sean tus parientes políticos ni estén casadas o con compromiso con alguien más! Dime, ¿qué necesidad tienes de organizarte tú solito un problema que ahora no tienes?, ¿acaso no tienes asuntos más importantes que atender?, ¿de dónde tu confusión?, ¡cuál es la confusión! Te recuerdo que es muy válido que los hombres digan no al sexo fuera de lugar.