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12:56 AM

“Todos pagarán”

  • 29 agosto 2023 /

    No perdamos tiempo...” . Dramática expresión en oídos de centenares de migrantes en su paso por nuestro país en el que han encontrado ayuda oficial, pero siguen sometidos a la acción de bandoleros y asaltantes, no a la vera del camino, sino en ruta y en la oscuridad de la noche. “Dame 20 dólares, no perdamos tiempo, si no, pues, les va a tocar quedarse aquí”.

    La tragedia de abandonar su tierra, los graves peligros en ruta y la incertidumbre de un horizonte aún lejano, se multiplican con la delictiva acción de depredadores que salen, en horas nocturnas, a la caza de personas indefensas. No es necesario agudizar las investigaciones ni dar tiempo al silencio, pues de sobra saben de dónde salió la patrulla para enfrentar a la “delincuencia organizada”. ¿Sería confusión dar el alto a autobuses, separar a los miembros de familia, supuestamente para pedir papeles, y aligerar la demanda para “no perder tiempo?”.

    La masiva circulación de personas provenientes del sur o islas del Caribe, por causas de todos conocidas, por mucho que traten de ocultar o manipular, es más que natural al ser el istmo centroamericano puente entre las ilusionadas salidas y la angustiosa llegada que parece no llegar para miles de familias en camino hacia norte.

    A Panamá, primer país centroamericano en la ruta, han llegado este año 300 mil migrantes, cifra muy superior a períodos anteriores, evidenciando el deterioro de las condiciones políticas y económicas del hemisferio que es de donde mayormente se genera el éxodo, Venezuela, Ecuador, Cuba y Haití . La marea humana llega a nuestro país que debiera proporcionar, pese a la pobreza, protección y ayuda para aliviar o, por lo menos, no entorpecer, el tránsito hacia el norte. Nosotros somos también país de emigrantes con numerosas víctimas en el camino.

    Algo se ha hecho para aliviar la presión en el oriente del país, pero en la ruta está también el peligro, la “mano” de extorsionadores organizados tanto en el transporte como en patrullas que aprovechan las rutas y la noche para atracar. Y no es la primera vez que se presenta esta acción delictiva en la carretera de Occidente, pero, como es de noche se apagan las linternas y el silencio a alto nivel cree cubrir todo. “Honduras tiene muchísimos problemas pendientes de soluciones, y uno de ellos es la migración. Se tiene que hacer mucho para atender esta emergencia”, señala monseñor Canales, obispo de Danlí, ciudad a donde llegan miles de personas en ruta y, tras pasar el calvario más humano que geográfico en países recorridos, sufren los golpes de la delincuencia sin que haya una acción contundente en defensa y protección de los desplazados que solo quieren seguir.