Antes de la subasta de los vehículos de lujo anunciada por el Gobierno, se realiza la exhibición de los autos que desde mañana, según el secretario del Consejo de Ministros, Ebal Díaz, podrán ser observados en el Campo de Parada Marte de la capital.
La decisión es recibida con agrado, pues al uso de las “naves” hay que sumar la altanería del sector burocrático, la pesada carga para el erario nacional y, según los estudios realizados, más que contribuir a agilizar y mejorar la administración constituye un obstáculo pues son vehículos “multiuso’ para actos oficiales, ir de compras, acudir mañana y al mediodía a colegios y facilitar los desplazamientos los fines de semana.
No significa que el parque móvil oficial vaya a disminuir en 650 vehículos de lujo, pues algunos, por viejos o “malqueridos” ya han sido sustituidos y otros sustituirán a los que serán llevados desde mañana al lugar de la subasta.
Más que en la venta que interesará a un grupo reducido de personas, lo que preocupa a los hondureños son los huecos en la ley por los que los altos funcionarios se pueden dar el lujo de disponer del presupuesto, en detrimento de otras necesidades más urgentes, para ordenar la compra y poder disfrutar de un último modelo.
De la subasta, según los cálculos anticipados a los que son muy dados los burócratas, se espera conseguir más de 350 millones de lempiras que si fuesen respaldados por cero gasto en la compra de nuevos autos sería una noticia sumamente favorable para la economía nacional y, a lo mejor, para los hospitales carentes hasta de jeringas y algodón.
